La segunda licitación de septiembre de la láctea neocelandesa Fonterra, mostró suba de precios para la leche en polvo entera y contratos a futuro con la misma tendencia hasta febrero de 2023.
La leche en polvo entera subió 3,7% y cotizó a US$ 3.733 por tonelada. A su vez, los contratos a futuro marcaron un precio mínimo de US$ 3.703 y un máximo de US$ 3.825 por tonelada.
En el caso de la leche en polvo descremada ayer bajó 0,55 y se pagó US$ 3.547 por tonelada, con contratos a futuro con mínimos y máximos de US$ 3.516 y US$ 3.573. La gasa butírica subió 4% y llegó a US$ 5.901 por tonelada. Sumando el incremento de 2,1% que tuvo el queso Cheddar (llegó a US$ 5.147 por tonelada), el precio promedio para todos los lácteos mostró un aumento de 2%, con una tonelada que llegó a US$ 4.072 (en todos los casos es en comparación con el primer remate mensual). Es importante señalar que la plataforma digital de Fonterra vendió mayor volumen de lácteos (23,6%). Se comercializaron 26.106 toneladas.
Menos leche. La suba de los costos está provocando que haya menos leche en el mundo. Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocloa, si bien la producción de leche está disminuyendo, simultáneamente se produce una caída en la demanda de productos lácteos. El precio mundial de la leche al productor tiende a permanecer en niveles altos en comparación con otros años.
El clima seco en Unión Europea no ayudó a la producción y sumado a esto, los altos costos de entrada al negocio de la producción de leche están limitando la oferta del producto. Mirando la demanda, los mayores niveles de inflación en Europa y Estados Unidos, con posibilidad de recesión, están manteniendo la demanda reprimida. Un aumento en los precios mundiales de los lácteos parece poco probable sostiene el análisis de Ocloa. En América del Sur, la situación tampoco muestra expansión. En Brasil, la producción bajo un 9,1% en el primer semestre respecto al mismo período de 2021. Los excedentes de Argentina y Uruguay tienden a ingresar en mayor volumen a Brasil.
Fuente: Rurales El País
Autor: Pablo Antúnez