Hilda fue la primera vaca en sufrir una mutación genética para emitir menos gases de efecto invernadero. Los expertos consideran su nacimiento un “paso histórico” en el desarrollo de prácticas genéticas que pretenden hacer más sostenible la ganadería.
Hilda, una ternera nacida en Dumfries, Escocia, representa un hito importante en la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura. Nació mediante fertilización in vitro y fue modificada genéticamente para reducir las emisiones de metano. Este avance se da en el marco del proyecto “Cool Cows”, que pretende criar ganado más ecológico, con menor impacto ambiental.
El metano, emitido por los eructos y las flatulencias de las vacas, es responsable de una parte considerable de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Este proyecto de selección genética acelerada tiene como objetivo reducir significativamente estas emisiones.
El rebaño Langhill en Dumfries, que ha sido estudiado durante más de 50 años, fue el escenario ideal para el nacimiento de Hilda, marcando el primer paso concreto hacia una ganadería más sostenible.
Gracias a la técnica de fertilización in vitro, Hilda nació ocho meses antes de lo que hubiera sido posible con los métodos de reproducción convencionales, acelerando la creación de vacas más eficientes en términos de emisiones de metano. La técnica aplicada a Hilda puede replicarse en otras vacas, contribuyendo a reducir el impacto ambiental de la ganadería.
Fuente: sicnoticias.pt