El Ministerio de Capital Humano lanzará esta semana su primera licitación pública para la compra de alimentos para los sectores más vulnerables, a través del Proyecto Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otra bajo normas de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Las convocatorias se dan después de semanas de reclamos de organizaciones sociales por alimentos, y luego de que el propio gobierno haya modificado el sistema para la entrega a los comedores, implementando transferencias directas a ellos.
Este último punto contó con el aval del PNUD, en un cambio que se introdujo, argumentan en el Ministerio, en procura de mayor transparencia, luego de denuncias públicas contra la administración anterior respecto de que enviaban alimentos sin control a diferentes organizaciones o movimientos sociales, sin constatar si efectivamente llegaban a quienes los necesitaban.
De acuerdo a datos relevados a través de una auditoría interna de la cartera, que absorbió al exministerio de Desarrollo Social, durante la gestión de Alberto Fernández habría habido también sobreprecios de hasta un 500% en el valor de los alimentos. Esto se suma a la acusación de la “cartelización” de las compras a empresas puntuales; y “falta de trazabilidad” en el destino de los alimentos que salían desde los depósitos gubernamentales hasta las organizaciones afines al gobierno. Estas agrupaciones eran las encargadas de distribuir los alimentos, aunque sin control o rendición al Estado, según detallan fuentes del área.
La licitación a través de PNUD es para la compra de leche en polvo, arroz y fideos. Con un sistema similar, en el correr de la semana, también se abrirá la licitación bajo parámetros de la OEI para la compra de aceite de girasol y lentejas.
La convocatoria a la licitación a través del PNUD, que podría concretarse a mediados de esta semana, es, explican cerca de Capital Humano, para garantizar la convocatoria a través de un “procedimiento transparente, competitivo y conforme con las Buenas Prácticas de Adquisiciones de las Naciones Unidas”. Que, según detallan, incluye “un conjunto de normas y procedimientos homologados internacionalmente por su transparencia y efectividad”.
Desde allí también explican que el proceso de compra de alimentos que tramitará a través del documento IAL N° 01/2024, fue diseñado para “favorecer la más amplia concurrencia de proveedores, no solo grandes sino también pequeños y medianos, garantizando la obtención de las mejores cotizaciones de precios posibles y disipando amenazas de fracaso del proceso, como las que ya se observaron en licitaciones similares del ejercicio anterior”.
En esa línea se establece un cambio con los plazos de entregas y se busca que las fechas sean prontas, escalonándolas hasta la recepción total de los productos dentro de los 30 días de la firma del contrato. En tanto que para aumentar la oferta de oferentes se establece que los plazos de pago también sean rápidos, dentro del mes, con fondos previamente asegurados. Para “garantizar un cobro ágil a los proveedores que evite sobredimensionamiento de precios y fracasos en la concurrencia”, completan.
La licitación incluirá la compra de 1 millón de kilos de leche en polvo, otro tanto de arroz y la misma cifra en fideos de sémola. Los productos se recibirán en un depósito en Villa Martelli, Buenos Aires y en otro ubicado en Tucumán, desde donde será repartidos directamente por el Estado, sin intermediación de organizaciones o movimientos sociales. Lo mismo sucederá con los 1.650.000 litros de unidades de aceite de girasol y la misma cifra de unidades de lentejas.
Según resaltan desde la cartera dirigida por Pettovello, la compra, a través del Proyecto PNUD, “garantiza el uso de documentos licitatorios específicamente diseñados para favorecer procesos competitivos y que aseguran obtener la mejor relación calidad-precio de los productos o servicios a adquirir”.
En ese sentido detallan que la información será publicada tanto en gacetas oficiales como en diarios de amplia circulación, y en las web del Proyecto, para asegurar “una extensa difusión y una mayor concurrencia”.
En línea con la búsqueda de favorecer “la más amplia concurrencia de proveedores”, destacan que la compra “se estructure por lotes o renglones que puedan adjudicarse de manera autónoma, evitando que la eventual escasez de un producto afecte la integridad del proceso de compra”. También que los que los lotes pueden cotizarse parcialmente, para que, ante una posible escasez en el mercado de algún producto, no se afecte la compra de la mayor cantidad posible de ese producto.
El proceso también implica que la evaluación se haga por precios unitarios, comenzando por las ofertas de menor costo, en tanto que en los casos de cotizaciones parciales de lotes, la cantidad restante se adjudicará el proveedor con el siguiente menor precio unitario y así hasta completar la totalidad del renglón. Y que los oferentes que coticen el 100% de un lote no puedan retirar su oferta si otro proveedor, que cotizó parcialmente ese lote con un menor precio unitario, resulta adjudicatario de esa porción cotizada.
Fuente: https://edairynews.com/