En noviembre de 2021, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) describe en la estratificación de tambos, que los 550 tambos del estrato de más de 10.000 litros de producción diaria representan el 5,4% del total de tambos y aportan el 28% de la producción total. Entre 2010 y 2021, este estrato quintuplicó su participación en el total de tambos y en la producción total. Ello fue producto del crecimiento de estos tambos en número de vacas y producción individual. Sin embargo, este crecimiento no siempre es acompañado por instalaciones y tecnologías adecuadas, generando en las vacas problemas de confort, salud, aumento de descarte e incremento del tiempo de ordeño; impactando en el bienestar y eficiencia del personal.
Entre las alternativas para mejorar estos parámetros encontramos las siguientes: diseño del ingreso de las vacas, posicionamiento de las vacas en la fosa de ordeño, puertas separadoras, control de retiro de la unidad de ordeño y Ordeño Modulado por flujo de leche (Flow Responsible Milking).
Diseño del ingreso de las vacas
El diseño impacta en el tiempo de ingreso de las vacas. Existen tambos con ingreso frontal con puertas e ingreso lateral, afectando adversamente el tiempo de ingreso de las vacas. El ingreso frontal abierto, donde el corral de espera es una continuación de la sala de ordeño, invita a las vacas a ingresar solas. Taverna et al. (1998), reportaron que el tiempo de ingreso promedio se incrementó en un 76% y 137% cuando se comparó un ingreso frontal abierto con el frontal con puertas y el ingreso lateral, respectivamente. Además, el número de vacas que ingresaron solas a la sala de ordeño se incrementó en un 132% y 400%, cuando se comparó un ingreso frontal abierto con el frontal con puertas y el ingreso lateral, respectivamente.
El uso de puertas arreadoras mejora en un 10% la entrada de vacas e incrementa la eficiencia del tambo en un 5%. A modo de ejemplo un tambo con 200 vacas en ordeño y triple ordeño ahorra 120 horas anuales. Ello equivale a 15 días (considerando una jornada laboral de 8 hs. diarias). Mangalis et al. (2017), reportaron que la puerta arreadora DeLaval, redujo el consumo de trabajo del personal en el ordeño en un 36%. Además, el ingreso por vaca se redujo en 3,3 segundos.
Los pisos de goma en la sala de ordeño mejoran en 3 segundos la entrada y salida de vacas. A modo de ejemplo en un tambo con 500 vacas en ordeño, un simple equipamiento de 24 bajadas y 3 horas de ordeño; la reducción del tiempo total de ordeño es de 50 minutos por día y 50 días anuales.
Posicionamiento de las vacas en la fosa de ordeño
Las salas paralelas en Argentina, debido a que no tienen bretes individuales e indexación de los mismos, no permiten un adecuado posicionamiento de las vacas. Ello trae aparejado los siguientes problemas: se pierde tiempo para el ingreso y posicionamiento de las vacas en los bretes, incremento de bosteo en la sala de ordeño (Ideal: < al 1%), incorrecta alineación de la unidad de ordeño, no se puede realizar un ordeño ergonómico; alterando la cosecha de leche (ordeños incompletos de los cuartos), el bienestar de las vacas y el confort de los ordeñadores. Estos factores afectan adversamente la eficiencia de ordeño, producción y calidad de leche. La modificación de estos bretes con una angulación de espina de pescado, permite revertir los problemas arriba mencionados.
Puertas separadoras
Separar las vacas manualmente, es dificultoso y genera un incremento del tiempo de ordeño. Además, las vacas se estresan, bostean y alteran su rutina de ordeño. Este sistema requiere de mucho esfuerzo y trabajo y puede ser peligroso tanto para las personas, como para los animales (Wagner-Storch & Palmer, 2002). En promedio separamos una vaca 12 veces por año debido a control post-parto, sincronización de celo, control de preñez, cambio de grupo, tratamientos (Ej. mastitis) y vacunaciones. En un tambo de 500 vacas en ordeño, deberíamos separar 6.000 vacas anualmente. Las puertas separadoras, reducen entre un 20 a 30% el tiempo en que el ordeñador está fuera de la fosa de ordeño, para separar las vacas manualmente. Ello permite que las vacas estén mejor estimuladas, eficientizando la rutina de ordeño, reduciendo el tiempo de ordeño y ordeñando más vacas/hora. Por otra parte, se brinda un mejor confort a las vacas y una rutina estandarizada a largo plazo, resultando en un incremento de la producción de leche del 10% y mejorando la calidad de leche.
Actualmente en Argentina con el uso de la puerta separadora, una vaca es apartada entre 16 a 24 veces anualmente. Ello se debe, a que el reloteo (agrupar las vacas por producción) en vez de hacerlo mensualmente, se realiza semanalmente.
Retiradores automáticos de pezoneras: flujo y tiempo de ordeño.
El primer reporte de retiradores automáticos de pezoneras fue publicado por Armstrong et al. en 1970. Han transcurrido más de 50 años y la conclusión es la misma: el retirador automático de pezoneras reduce el sobreordeño, comparado con un equipo de ordeño sin el mismo. El retiro de la unidad de ordeño para dos ordeños diarios, se inició con un flujo de leche de 200 g/min. Rasmussen et al. (1993), comparan el corte con un flujo de leche de 200g/min vs. 400 g/min. Se redujo el tiempo de ordeño en 0,52 minutos durante toda la lactancia sin influencia negativa en la producción de leche y sanidad de ubres y con una reducción de la hiperqueratosis severa de la punta del pezón del 20% en vacas y 36% en vaquillonas.
Reid et al. (1997), evaluaron el incremento del corte por flujo de leche de 200-900 g/min, para triple ordeño. Se obtuvo una reducción del tiempo de ordeño de 1,2 minutos y un incremento en la producción de leche del 9%. Además se redujo el “zapateo” y patadas de las vacas; observado también en nuestros tambos cuando hay sobreordeño. Stewart et al. (2002) evaluaron flujos de corte para triple ordeño de 800 g/min, mejorando la eficiencia de ordeño y performance de la sala de ordeño. Magliaro et al. (2005), trabajaron con flujos de corte para triple ordeño de 800 g/min, obteniendo una reducción del tiempo de ordeño. Los últimos trabajos con triple ordeño, incrementan el punto de corte a 1kg/min (Besier and Bruckmaier, 2016). Erskine et al. (2019) lo eleva a 1,1 kg/min y otros estudios lo incrementan a 1,3 kg/min (Wieland et al., 2017; Melvin et al., 2019). Wieland et al. (2020), compararon el incremento del punto de corte de 0,8 kg/min a 1,2 kg/ min para triple ordeño durante 57 días. El tiempo en el cual la unidad de ordeño estuvo colocada con un punto de corte de 1,2 kg/min, se redujo en 13 segundos para vaquillonas, 21,3 segundos para vacas de segunda lactancia y en 35,4 segundos para vacas de 3 o más lactancias, comparado con el punto de corte de 0,8 kg/min. La probabilidad de cambios a corto plazo en la condición del pezón se redujo en un 22%, a favor del punto de corte de 1,2 kg/min. El incremento del punto de corte del retirador de 0,8 a 1,2 kg/min, redujo la duración del ordeño individual y los cambios a corto plazo de la condición del pezón (ver figura 1), sin afectar adversamente la performance de ordeño, la producción y composición de la leche, el recuento de células somáticas (RCS) y la hiperqueratosis. El trabajo concluye que el incremento del punto de corte a 1,2 kg/min, mejora la eficiencia de la sala de ordeño y el bienestar animal. En la figura 2, pueden observarse las características de ordeño comparando el incremento de 0,8 kg/min vs. 1,2 kg/min. DairyNz (2010), recomienda incrementar de a 100 ml/min semanalmente, hasta llegar al valor deseado de punto de corte.
Figura 1. Cambios a corto plazo de la condición del pezón
Figura 2. Características de ordeño: incremento de 0,8 kg/min vs. 1,2 kg/min.
A partir del año 2001, Clarke et al. introducen en Australia un nuevo concepto en los retiradores automáticos de pezoneras que es el corte por tiempo máximo de ordeño, para acortar el tiempo de ordeño en vacas de ordeño lento. En el año 2004 publica un trabajo estableciendo el punto de corte del retirador automático de pezoneras en 400 g/min ó un tiempo máximo de ordeño, lo primero que ocurra. Se redujo en un 35% el tiempo de ordeño sin afectar la producción y composición de leche, condición del pezón y comportamiento de la vaca. En el año 2007 publica otro trabajo donde demuestra que esta combinación de punto de corte por flujo de leche y tiempo máximo de ordeño, no afecta la mastitis clínica y subclínica y el RCS en cuartos sanos e infectados con Staphylococcus aureus y Streptococcus uberis. El Programa CowTime de Australia estableció a través del promedio de producción de leche y tiempo de ordeño del 70-80% del rodeo, una tabla de tiempo máximo de ordeño de acuerdo a la producción de leche. Watson et al. (2007) determinaron que en Australia el 80% del tiempo que las vacas estaban en la sala de ordeño, correspondía al tiempo durante el cual se encuentra la unidad de ordeño colocada en la vaca. Por lo tanto se le da mucha importancia al corte de la unidad de ordeño por tiempo máximo de ordeño. El 74% de los productores que participaron en el Programa CowTime implementaron la combinación de punto de corte por flujo de leche y tiempo máximo de ordeño entre 6-8 a semanas. Se redujo en promedio entre 15-20 minutos por ordeño. Ello significa 30 minutos/día, 15 hs./mes y algo más de 1 semana al año. El tiempo perdido durante el ordeño aumenta el costo y no agrega valor. Como ejemplo podemos mencionar: mayor consumo de energía eléctrica, mayor desgaste del equipo de ordeño y pezoneras, menor tiempo de las vacas para alimentación, mayor tiempo para realizar otras tareas, etc. Se obtuvo una relación beneficio/costo de 10-17:1. En Nueva Zelanda Jago et al. (2008), implementan la combinación australiana estableciendo un punto de corte de 350 g/min y tiempo máximo de ordeño. En el 30% de las vacas se retiraba la unidad de ordeño por tiempo máximo de ordeño (rango 14-56%) sin afectar la producción de leche, RCS y mastitis clínica. A modo de ejemplo en un tambo con 250 vacas en ordeño, 20 bajadas y 23 lts./vaca/día; el ordeño de la mangada duraba 9 minutos. Se redujo el tiempo máximo de ordeño a 7 minutos 32 segundos, disminuyendo el tiempo de ordeño por mangada en 1 minuto 28 segundos, representando una reducción de 18 minutos/ordeño (similar a los trabajos de Australia).
Existen controladores del punto de ordeño que se integran al retirador automático de pezoneras para establecer puntos de corte por flujo de leche y tiempo máximo de ordeño, permitiendo cambiar la relación y ritmo de pulsado para obtener los beneficios arriba mencionados. Los mismos permiten el control de la totalidad del proceso de ordeño, supervisan el flujo de leche y la retirada automática de la unidad de ordeño. La integración del retirador automático de pezoneras con los controladores del punto de ordeño, permite un ordeño parejo durante todos los ordeños, evitar el sobreordeño y mayor eficiencia de la mano de obra. El tambero ocupa el 28% de su tiempo en la fosa en ver si cesó el flujo de leche. La tendencia en nuestro país es cada vez más bajadas por tambo y cada vez es más difícil encontrar mano de obra. Podemos concluir diciendo que esta combinación reduce el tiempo de ordeño, la incidencia y severidad de lesiones en punta de pezón y la ocurrencia de mastitis, impactando en la eficiencia de ordeño y obtención de leche de alta calidad.
Opciones novedosas: Flow Ordeño Modulado por flujo de leche (Flow Responsive Milking )
Tradicionalmente, el ordeño se realiza a un vacío constante. Cuando el flujo de leche disminuye al final del ordeño, se incrementa el vacío en la punta del pezón. Stauffer et al. (2020), evaluaron el ordeño DeLaval Flow Responsive que adapta el nivel de vacío de acuerdo al flujo de leche. De ese modo, se utiliza un nivel elevado de vacío durante el período de alto flujo de leche y el mismo se reduce, cuando hay flujo bajo de leche. Combinado con un elevado punto de corte del retiro automático de la unidad de ordeño, se incrementa la performance de ordeño, sin afectar la condición del pezón. El nivel del vacío en el colector fue de 48 kPa para un nivel de flujo elevado y de 43 kPa para un flujo menor a 2 kg/minuto. El mismo se combinó con niveles de retiro automático de la unidad de ordeño de 0,2; 0,6 y 1 kg/minuto. El trabajo concluye que el alto nivel de vacío de 48 kPa incrementó la performance de ordeño, debido al alto flujo de leche y la reducción del tiempo en que la unidad de ordeño estuvo colocada. Los efectos negativos de un alto nivel de vacío en la condición del pezón, son prevenidos a través de la reducción del vacío durante el flujo bajo de leche (menor a 2 kg/minuto), al inicio y final del ordeño. Adicionalmente, el uso de un nivel elevado de 1 kg/minuto de punto de corte del retirador, reduce el tiempo en que la unidad de ordeño permanece colocada, sin afectar la producción de leche. El ordeño DeLaval Flow Responsive, mejoró la performance de ordeño, comparado con un ordeño con vacío convencional. El ordeño flow responsive permite la estimulación ajustada al flujo, el vacío ajustado al flujo y la combinación de ambos. Entre las ventajas encontramos las siguientes: reducción del 66% de la distancia recorrida en la sala de ordeño por parte de los ordeñadores, 24% de reducción en el tiempo de preparación, reducción de retiradas prematuras, incremento del 9% en el pico de flujo de leche, aumento del 5% en el flujo medio de leche y disminución de 15 segundos en el tiempo de colocación.
En la figura 3, pueden observarse los beneficios del vacío ajustado al flujo.
Figura 3. Vacío ajustado al flujo
Bimodalidad
Otra ventaja del ordeño DeLaval Flow Responsive, es la reducción de la bimodalidad a casi cero. Una curva de flujo de leche bimodal es definida, cuando un incremento en la tasa de flujo de leche, es seguida por un descenso en la tasa de flujo durante los primeros dos minutos de ordeño (Tancin et al., 2006). Ello se produce por la remoción de la fracción de leche cisternal, antes que la leche alveolar alcance la cisterna de la glándula (Bruckmaier et al., 1998) o cuando el flujo de leche fuera del canal del pezón excede el flujo de leche de la cisterna del pezón; un fenómeno definido como sobreordeño (Rasmussen et al., 2004). La bimodalidad es el resultado de una insuficiente estimulación antes del ordeño (Schukken et al., 2005) y ha sido asociada con una reducción en la eficiencia de ordeño (Bruckmaier el al., 1996), disminución de la producción de leche (Erskine et al., 2019) y efectos adversos en la sanidad de ubres (Zecconi et al., 2018). Debido a la relación inversa entre el vacío y el flujo de leche, la bimodalidad puede elevar el vacío en punta de pezón, durante los períodos de bajo flujo de leche. Ello puede causar congestión y edema del pezón. Estos cambios reducen los mecanismos de defensa del pezón, incrementando el riesgo de mastitis y afectando el bienestar animal. En la figura 4, podemos observar la comparación entre una curva de flujo de leche óptima vs. una curva bimodal. En la figura 5, pueden observarse los beneficios de la estimulación ajustada al flujo, impactando en la bimodalidad.
Figura 4. Comparación de flujo de leche óptimo vs. bimodalidad
Figura 5. Estimulación ajustada al flujo
Conclusiones
La tendencia creciente en los tambos en el número de vacas en ordeño y producción individual de leche debe acompañarse por instalaciones y tecnologías adecuadas para brindar a las vacas confort, prevenir enfermedades, aumentar la longevidad, eficientizar el ordeño, etc. Todo ello impactará en el bienestar y eficiencia del personal. La integración del diseño del ingreso de las vacas, posicionamiento de las vacas en la fosa de ordeño, puertas separadoras, control de retiro de la unidad de ordeño y Ordeño DeLaval Flow Responsive; permiten lograr los objetivos mencionados para “crecer y no morir en el intento”.
Fuente: Por Carlos Callieri y Eial Izak – Especial para TodoLecheria.com.ar