Aumentos en remisión y sólidos indican que el sector retoma su empuje productivo.
La actividad lechera en Uruguay mantiene un dinamismo notable: a pesar de obstáculos externos, “los tambos no paran”. El ingeniero agrónomo Nicolás Lussich señala que el clima acompaña la producción este año, con buena primavera que favorece el crecimiento de pasturas y la entrega de leche.
Aumento en remisiones y solidez
En el mes de agosto, la remisión de leche a plantas industriales se incrementó un 4,5 % interanual, mientras que Conaprole reportó que, para septiembre, su remisión creció 12,5 % respecto al mismo mes del año anterior. Estos datos refuerzan la expectativa de que 2025 podría marcar un récord histórico en producción.
Aún más significativo es el comportamiento de los sólidos remitidos —materia prima procesable para productos lácteos— que en los últimos 12 meses hasta agosto acumularon casi 162.000 toneladas, cifra 2,5 % mayor que el año previo, representando un nuevo récord para ese indicador.
Este repunte se interpreta como una recuperación tras años de adversidades climáticas —sequías y lluvias excesivas— que afectaron la producción. Lussich destaca que el sector muestra resiliencia, a pesar de que muchas notas recientes suelen enfocarse en problemas industriales, como la falta de rentabilidad en algunas plantas pequeñas o conflictos puntuales dentro de cooperativas como Conaprole.
Ajustes en los mercados
El autor advierte que las señales exteriores ya muestran algunas correcciones: por ejemplo, en las últimas rondas del Global Dairy Trade (GDT) se registraron caídas del 1,6 % en precios promedio de productos lácteos, y la leche en polvo entera cayó 2,3 %. También menciona que otros derivados —como manteca y mozzarella— ajustaron sus precios.
Lussich vincula estas bajadas a un escenario global donde la oferta láctea ha crecido en varios países exportadores (EE. UU., Brasil, Nueva Zelanda). Esa presión en el exterior puede trasladarse al mercado doméstico si no se regulan eficientemente los volúmenes exportables, tasas arancelarias o logística para destinos lejanos.
Además, el colapso o parálisis en actividades logísticas o portuarias, motivadas por conflictos gremiales —como el reciente reclamo en la Terminal Cuenca del Plata (TCP)— podrían agravar el cuadro, pues afectan el acceso al mercado exterior con costos adicionales.
Claves para sostener el impulso
Para que este año sea efectivamente récord sostenible y no una “burbuja puntual”, el autor sugiere algunas líneas de atención:
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Preservar precios internos sólidos que cubran costos en toda la cadena productiva.
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Ampliar mercados exportadores para absorber excedentes locales y evitar saturación interna.
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Mejorar la infraestructura logística —puertos, transporte, almacenamiento— para que las condiciones de salida no se conviertan en restricción.
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Monitorear los conflictos gremiales y las regulaciones que puedan afectar el comercio exterior del sector lácteo.
En definitiva, el mensaje de Lussich es optimista pero cauteloso: el sector lácteo uruguayo está recuperando ritmo, pero deberá consolidar su estructura comercial e industrial para que este empuje se traduzca en beneficios reales y duraderos para los tamberos.
Fuente: El País (Rurales) — “Los tambos no paran” Rurales | El País