Marcelo Aimaro, presidente de la Mesa de Productores de leche de Santa Fe, comentó que hoy se necesita un precio de entre 35 a 38 pesos por litro pagados por las usinas lácteas. Se trata de un 15% superior a los valores que se pagan actualmente
Los tamberos de Santa Fe reclamaron un precio de entre 35 a 38 pesos por litro pagados por las usinas lácteas en las tranqueras. Se trata de un 15% superior a los valores que se pagan actualmente. Así lo precisaron desde la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe).
Los productores de leche de la mencionada provincia sostienen que “no hay una política para el sector” y reclamaron la atención de los funcionarios nacionales. Además aseguraron que desde septiembre pasado se perdió completamente el nivel de equilibrio que guardaba la relación precio de la materia prima con el valor de los granos y alimentos forrajeros. La brecha se incrementó fuertemente tras la importante sequía que afecta a los Departamentos del centro y norte santafesino, donde allí se perdió completamente la cosecha de maíz.
Marcelo Aimaro, presidente de Meprolsafe, manifestó que “se hace difícil producir leche, ya que hoy el precio por la materia prima está estancado: los tambos deberían cobrar entre 35 a 38 pesos por litro. Hasta septiembre estábamos en un nivel de equilibrio, pero desde este mes comenzamos a perder rentabilidad. Hoy estamos con un nivel en contra. Esto frena la inversión y las posibilidades de crecimiento. No todas las zonas son iguales por el tema climático, pero sí en el caso de los costos donde son muy elevados para todos”.
“Se hace difícil producir leche, ya que hoy el precio por la materia prima está estancado” (Aimaro)
En diálogo con Infobae, Aimaro reconoció que desde el sector se buscó sin éxito en los últimos meses ser recibidos, no solamente presencial sino también de manera virtual, a través de una videoconferencia, por el director nacional de Lechería, Arturo Videla, para exponerle las dificultades que presenta el sector productivo. El referente de la lechería santafesina aseguró que para los tambos de su provincia “no hay una política lechera. No hay un ordenamiento (de la actividad) y no hay un horizonte (para la producción primaria). No hay reglas a cumplir y cuando hay un ajuste a realizar, la variable en la cadena siempre es el productor”.
A todo esto, el dirigente señaló que la exportación ofrece un “precio razonable” para el sector, aunque estiman que dicho beneficio “no llega al productor”. Esto tiene que ver con el buen precio internacional que ronda casi los USD 3.800 por la tonelada de leche en polvo que se logró obtener en la última subasta realizada en un mercado como Nueva Zelanda, quien es un gran exportador a China. “Lamentablemente los costos en la Argentina van hacia arriba y los precios de la leche que recibe el tambo están estancados”, expresó.
Audiencia y sequía
Para presentar estas objeciones y consideraciones, Aimaro manifestó que desde la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe “pedimos al gobierno nacional sentarnos con una mesa de discusión, con el sector lechero en su conjunto, y ver cómo se reparte la torta, ya que lamentablemente el ajuste lo lleva siempre adelante el productor”.
Desde la Mesa de Productores de Santa Fe aseguran que desde hace meses no hay encuentros con los funcionarios nacionales, ni presenciales ni tampoco virtuales en el marco de la pandemia. “No hemos tenido ningún tipo de reunión. Esperamos que en el 2022, podamos tener algún tipo de reunión para poder charlar los puntos que estaban escritos en el Acta de San Francisco desde hace casi dos décadas”, explicó Aimaro a este medio.
Por último, Aimaro comentó que en los Departamentos de la zona centro y centro norte de Santa Fe “hay una sequía importante, y allí hay se está cosechando el maíz sin grano. Solo el tallo y las hojas secas. No se esperan lluvias hasta las primeras semanas del 2022. Esto va a afectar la previsión de alimento de los tambos, ya que van a tener que salir a comprar granos. Esto puede incrementar los precios. Tenemos también temperaturas de entre 35 a 38 grados, esto le pega a los animales y reduce la producción”.