El estudio del BAL (Büro für Agrarsoziologie und Landwirtschaft, Oficina de Sociología Rural y Agricultura) ha calculado cuatro tipos de márgenes para la UE en el periodo 1989-2019, respectivamente 2004-2019, con el margen bruto y neto y el margen económico neto I y II, lo que indica claramente la evolución de la ganadería lechera.
El margen bruto de los productores de leche en 1989 ascendía a 21,98 céntimos de euros por de leche, frente a sólo 15,15 ct/kg de leche en 2019. Margen bruto = ingresos totales de la leche más las subvenciones lácteas acopladas menos los costes de los insumos y los costes generales de explotación (excluyendo la depreciación, los salarios, el alquiler, los intereses y los impuestos)
El margen neto en 1989 ascendió a 12,36 ct/kg de leche, frente a sólo 4,17 ct/kg de leche en 2019. Margen neto = igual que el margen bruto, pero también después de deducir la depreciación, los salarios, el alquiler, los intereses y los impuestos (pero sin incluir los ingresos de los productores de leche/familiares que ayudan en la explotación)
El margen económico neto I en 1989 ascendía a 3,79 ct/kg de leche. Ya en 1995 se empezaron a registrar cifras negativas, con un valor muy por debajo de cero de – 4,96 ct/kg de leche en 2019. Margen económico neto I = igual que el margen neto, pero también después de deducir una tasa de renta simple para los productores de leche/familiares colaboradores [2].
El margen económico neto II es continuamente negativo en el periodo analizado de 2004 a 2019. El déficit varía en este tiempo entre 5,3 y 13,5 ct/kg de leche. Margen económico neto II = igual que el margen neto, pero también después de deducir una tasa de renta cualificada para los productores de leche/familiares colaboradores.
Sieta van Keimpema, presidenta del EMB, considera que los resultados son alarmantes: “Las cifras muestran un dramático hundimiento de los márgenes de los productores de leche. Esto también refleja la situación en las explotaciones. Está claro que en las últimas décadas se ha marcado un rumbo equivocado para el sector lácteo”.
La rentabilidad en la producción de leche se ha convertido en un concepto ajeno, independientemente del tipo de margen. Lo mismo ocurre con el pago adecuado de las horas trabajadas. Tampoco existe ningún tipo de respeto o aprecio por el trabajo de los productores de leche. Por eso no es de extrañar que las explotaciones tengan que cerrar una tras otra. Francia, por ejemplo, ha perdido una cuarta parte de sus explotaciones lecheras en diez años.
El vicepresidente del EMB, Kjartan Poulsen, exige un nuevo enfoque de la agricultura. “Necesitamos un nuevo sistema, basado en precios que cubran los costes. La distorsionada relación precio/coste a la que se enfrentan nuestros propios agricultores, la incondicional y dañina atención a las exportaciones sin suficiente margen para la prevención de crisis – esta situación real revela el fracaso del actual sistema agrícola”. Un nuevo marco agrícola debe permitir que los precios cubran todos los costes anteriores de la producción de leche y también los nuevos costes generados por las mayores exigencias de sostenibilidad.
Con la vista puesta en los márgenes, Kjartan Poulsen dirige unas palabras claras al Comisario de Agricultura de la UE: “Señor Wojciechowski, los datos no pueden seguir siendo ignorados. Debe usted colaborar con los agricultores, la industria y el sector minorista para mirar al futuro y hacer todos los esfuerzos posibles para que la agricultura sea justa y rentable.”
Fuente: AgroNews Castilla y Leon