En el marco de una nueva edición del Foro Inale y en la celebración de los 15 años de la institución, el Ing. Agr. brasileño Marcelo Pereira de Carvalho, socio-fundador y CEO de MilkPoint, transmitió una visión optimista sobre cómo se comportan las importaciones de lácteos de Brasil en los próximos meses, un actor calve para Uruguay en los últimos meses y que ha posibilitado a la industria pagar el actual precio de la leche a los tamberos.
A juicio del experto brasileño, debería ocurrir una “devaluación muy grande” del real frente al dólar para que Brasil frene su ritmo de compras de lácteos desde Argentina y Uruguay, sus dos principales proveedores dada la ventaja arancelaria que ofrece el Mercosur. “Los precios internos (de la leche) en Brasil no van a caer tanto”, aseguró.
Además, Carvalho consideró como “muy poco probable” que el gobierno de Lula da Silva avale alguna medida restrictiva (como ha ocurrido en el pasado) para frenar o moderar la importación de lácteos porque su gobierno tiene la necesidad de reducir la inflación para que así el Banco Central de Brasil comience a reducir la tasa de interés, una medida fundamental para darle un mayor empuje a la economía brasileña.
Actualmente, Brasil está importando alrededor de un 8% de su consumo de lácteos, un nivel que se lo considera “elevado” en la comparación histórica. Si bien el precio real de la leche para el tambero brasileño ha aumentado, la producción no está respondiendo porque los niveles de rentabilidad promedio no son lo suficiente atractivos para elevar la producción de leche, más si se tiene en cuenta el avance de otros rubros como la agricultura (soja) en varios estados fuertes en la producción de leche como Goiás. Añadió que hoy el 41% de la leche producida en Brasil proviene de sistemas de confinamiento (en base a granos), lo que acerca más a la lechería a un sistema más similar a EEUU.
En tanto, en una visión más global sobre las perspectivas para el mercado internacional de los lácteos, Carvalho indicó que la demanda tiene perspectivas de seguir creciendo en un contexto donde la producción mundial de leche no crece a niveles elevados como lo hacía 10 años atrás. “Los precios deberían mantenerse altos”, vaticinó.