Brasil es el gigante de las proteínas animales, pero aún no logra posicionarse en el mercado lácteo mundial. ¿Por qué, con todo su potencial agrícola, todavía no ha podido llevar su leche más allá de sus fronteras?
Brasil es el gigante de las proteínas animales, pero aún no logra posicionarse en el mercado lácteo mundial. ¿Por qué, con todo su potencial agrícola, todavía no ha podido llevar su leche más allá de sus fronteras?
Entre la eficiencia y la Contradicción
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en la última década, la producción de leche en Brasil mostró una notable eficiencia, particularmente en la región sur.
Entre 2015 y 2023, el número de productores de leche en estados como Río Grande del Sur se redujo en un 61%, pero la producción total en esta región creció un 19,29%, lo que indica un proceso de consolidación y profesionalización del sector, donde los menos eficientes salen del mercado, y los más productivos ocupar su lugar.
No obstante, los costos de producción en Brasil continúan siendo significativamente más altos que los de sus competidores internacionales.
Según Rabobank, los costos de producción brasileños son aproximadamente un 20% más altos que los de exportadores clave como Nueva Zelanda, Estados Unidos, Argentina, Uruguay y la Unión Europea, lo que les impide ser competitivos en los mercados internacionales.
Un Obstáculo Monumental
Los precios internacionales de los productos lácteos no cubren costos para producir leche en Brasil, que a pesar de su tamaño y capacidad productiva, enfrenta desafíos logísticos, de infraestructura y, sobre todo, de eficiencia en la producción.
Por ejemplo, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), mientras que Nueva Zelanda puede producir leche con un costo de aproximadamente $0.30 por litro, Brasil enfrenta costos cercanos a $0.36 por litro .
Otro factor es el contenido de sólidos, crucial para la producción de derivados como quesos y leche en polvo. Un informe del Dairy Companies Association of New Zealand (DCANZ) dice que la leche brasileña contiene aproximadamente un 27% menos que la neozelandesa, con un promedio de 7.0% frente a 8.84% . Esta diferencia reduce el valor del producto brasileño y aumenta los costos de si industrialización.
Leyendo el Futuro: ¿Se Puede Competir?
A pesar de todo, algunos expertos creen que Brasil tiene potencial para jugar en el mercado lácteo mundial.
Airton Spies, de la consultora SpiesAgro, dice que si Brasil logra reducir sus costos de producción y aumentar la eficiencia, podría “abocanhar” una porción significativa de la creciente demanda mundial de lácteos, que se espera que aumente en un 51% para 2050 .
Para alcanzar este objetivo, necesitará mejorar la logística de transporte y almacenamiento, aumentar los sólidos y optimizar la alimentación de sus vacas lecheras.
Con el clima tropical y subtropical de gran parte del país, pueden producir buenos pastos durante la mayor parte del año, algo que no ocurre en países competidores, donde las condiciones climáticas son menos favorables .
Un Espejo en el que Mirarse: Las lecciones de los Grandes Exportadores
Si Brasil mira atento a los actuales líderes del mercado de exportación de lácteos, puede aprender algunas lecciones valiosas.
Nueva Zelanda, por ejemplo, fundó su éxito exportador no solo en la reducción de costos de producción, sino también en la maximización del valor de su leche mediante un enfoque en el contenido de sólidos y la diversificación de productos.
Estados Unidos y la Unión Europea, invirtieron fuertemente en infraestructura y tecnología para mejorar la eficiencia de la cadena de suministro.
Entonces, mientras que las exportaciones de lácteos brasileñas representaron solo el 0,3% de la producción total en 2023, hay un consenso creciente de que esto puede cambiar en la próxima década.
De acuerdo con Spies, Brasil puede llevar esta cifra hasta el 10% para 2033 si logra los ajustes necesarios .
Un Futuro Prometedor, pero Condicionado
Brasil tiene todas las condiciones para convertirse en un exportador de lácteos relevante, pero el camino hacia este futuro brillante está lleno de desafíos estructurales que requieren acciones decisivas.
Si desea despertar a su gigante dormido en el sector lácteo, deberá mirar más allá de sus fronteras, invertir, innovar, y quizás, adoptar algunas prácticas de sus competidores.
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