La sanidad de los animales pequeños es determinante en el proceso ganadero debido a que estos son el futuro del negocio. Existen factores que el productor debe conocer y cuidar a la perfección para así garantizar el desarrollo de un animal sano.
Humberto Guaquetá, médico veterinario PhD y especialista en reproducción bovina y salud de hato, indica que la sanidad de las terneras y las novillas es un tema de mucho cuidado en las explotaciones ganaderas debido a que desde el nacimiento, el animal está expuesto a una serie de elementos que pueden perjudicar su estado de salud. (Lea: ¿Qué debe contener un plan sanitario? )
Es por esta razón que su sanidad parte desde “el refuerzo de la inmunidad por parte del calostro. Nosotros debemos siempre tener en cuenta que la ternera debe ser bien calostrada en cualquier tipo de explotación. Pues así se tenga una o dos vacas o 1.000 las terneras deben recibir calostro”, asegura Guaquetá.
El profesional menciona que este calostro debe cumplir con las tres reglas de oro del suministro del mismo. Estas se encuentran basadas en la calidad, cantidad y tiempo en el cual es brindado a los terneros y las novillas.
De acuerdo con Guaquetá, con respecto a “calidad debemos medir en lo posible la calidad del calostro con los diferentes sistemas que existen para esta medición y así establecer qué características o condiciones de calostro le estamos suministrando a las terneras”.
El experto añade que en cuanto a la cantidad, esta debe ser aproximadamente del 10 % del peso vivo del animal, por lo tanto es el volumen del animal el determinante en la cantidad, debido a que al nacer las razas bovinas tienen diferente tipo de peso.
Con respecto al tiempo del suministro de calostro, este debe ser dentro de lo posible en las primeras dos horas de haber nacido el ternero o la novilla. Según el experto, este debe ser dado “en la mayor brevedad posible después del nacimiento”.
Otra de las prácticas de manejo importante en la sanidad de este tipo de animales es la curación de ombligo, que en algunos casos no se hacen bajo los lineamientos de higiene necesario y terminan por afectar al animal.
“He encontrado ombligos “curados” con productor y aerosoles que contienen un colorante de diferente tonalidad que no son buenas. El protocolo de curación ideal debe basarse en la sumersión del obligo por inmersión en tintura de yodo mínimo del 5% y ojalá del 10% con una frecuencia de 3, 2 y 1”, explica Guaquetá.
Esto quiere decir que se debe realizar 3 veces el primer día de nacimiento del animal, 2 veces el segundo y 1 vez el tercer día, de tal forma que en el predio se puedan asegurar que el ombligo va a quedar totalmente seco y no se tendrán problemas con entrada de patógenos a través de este órgano.
Posteriormente el profesional menciona que en este proceso de sanidad, el productor debe tener en cuenta el pesaje del animal, pues cada vez que los terneros y novillas se pesan se pueden adicionar acciones en el plan sanitario.
“Cuando se reúnen mensualmente para pesar a los terneros podemos adicionar una de las herramientas del plan sanitario ya sean vacunaciones o vermifugaciones. Además, si tenemos un buen programa de crianza vamos a tener animales sanos, saludables y vigorosos que van a tener unas buenas ganancias de peso y adecuado desempeño dentro de la explotación”, concluye Guaquetá.
Fuente: https://www.contextoganadero.com/