Alimentos Refrigerados (ARSA) produce postres y yogures SanCor y Shimy y la marca de leche Lechelita. La empresa, ex joya del Grupo Vicentin, está en concurso preventivo desde inicios de año. Atilra reclamó una deuda en la Justicia Federal. Por qué pudo embargarla.
Se complica la situación de Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA). La empresa que produce y comercializa los yogures y postres de las marcas SanCor, Yogs y Shimy, y las leches, cremas, manteca, quesos y dulce de leche de la etiqueta low cost Lechelita, enfrenta un embargo millonario.
La Justicia Federal hizo lugar al pedido de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y ordenó un embargo de $ 83 millones contra la empresa por la deuda que mantiene con la obra social.
Alguna vez llamada “la última joya” del Grupo Vicentin, es gerenciada desde hace dos años por la venezolana Maralac, una de las principales lácteas de su país.
La empresa, ahogada por las deudas y ante una fuerte caída del consumo, se presentó en concurso preventivo en febrero de este año. Pero, el embargo que pidió Atilra pudo hacerse efectivo porque la deuda que acumula la láctea con la obra social es posconcursal.
Cuando entró en concurso, ARSA le atribuyó su desequilibrio financiero a la situación general de la economía argentina, caída del consumo, inflación, escasez y encarecimiento de materia prima, subas de mano de obra, el “vertiginoso aumento del costo de capital de trabajo” y “las constantes y significativas devaluaciones del peso”, describió.
El presente es complejo
“La situación es compleja. El embargo recae en una de las cuentas en donde la empresa recibe los pagos de sus clientes. Ese flujo de caja se usa para pagar los sueldos. En los próximos 15 días no se van a poder abonar los salarios”, explicó una fuente cercana a ARSA.
ARSA tiene dos plantas, una en Córdoba y otra en la provincia de Buenos Aires. En esta última producía más de 42.000 toneladas anuales de yogures, postres, leche y quesos. Ahí trabajan 219 personas. En Córdoba, fabricaba 97.000 toneladas al año de yogures y crema de leche, con 254 operarios. Allí también tiene un centro logístico, que compró para expandir sus actividades y prestar servicios a terceros.
“La mitad de los trabajadores, a contramano del gremio, siguen trabajando y han ido mejorando su paga, que al principio era de un 15% semanal, hoy ya están en un 20%; prácticamente cobran el sueldo completo. Pero esta medida los perjudica”, dijeron fuentes allegadas a la empresa.
“Si bien en el día de la fecha se ha podido efectuar el pago semanal acordado, no podemos garantizar el cumplimiento de los pagos de las próximas semanas en este contexto, generado irresponsablemente por Atilra, que mientras dice ‘priorizar el trabajo de la gente’ toma decisiones que atentan directamente contra las fuentes laborales, poniendo en grave riesgo a los trabajadores”, resalta un comunicado enviado a los trabajadores este lunes.
Fuentes cercanas a la empresa explican que hoy están al 30% de la capacidad productiva. La explicación es sencilla. “Se producen productos premium que no son esenciales y el consumo se desplomó muy fuerte en el último año”, dijeron.
A ARSA, se le suma además la crisis de SanCor. En julio, cuando propuso un plan de reducción del 50% de su plantel, sus dos plantas procesaban 4,5 millones de litros de leche al mes. La incapacidad de la cooperativa de Sunchales de cumplir con ese volumen de entregas hizo que ARSA buscara otros proveedores, en un contexto de encarecimiento de precios y disminución de oferta por la escasez creciente de materia prima para la industria láctea.
Fuente:https://www.cronista.com