“El butirómetro, del francés butyromètre, es un término surgido en 1854 para referirse al instrumento de medición utilizado para medir el contenido de grasa en la leche o los productos lácteos en general”. Eso dice la Wikipedia sobre una de los viejas herramientas usadas en los laboratorios de la calidad de leche que en la Argentina tenían reglas precisas desde 1926, es decir casi un siglo atrás, que acaban de ser derogadas por el gobierno libertario.
Parece ser que la desregulación de la actividad económica va en serio y va a ser profunda, al punto tal de que desde la Secretaría de Comercio se derogó este lunes, casi cien años después, dos normas del viejo Ministerio de Agricultura que aprobaban los reglamentos técnicos aplicables tanto a los Butirómetros (1927) como a los metrógrafos lineales (1926). Este último instrumento es tan viejo que cuesta encontrar una definición en los diccionarios.
Lo curioso es que en 2019, es decir hace escasos cinco años, el anterior gobierno nacional había revisado las normas y procedimientos sobre operaciones de control metrológico y mantuvo estos añejos instrumentos de medición dentro del catálogo de regulaciones y aprobaciones que quedan bajo la tutela del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). De esa misma época datan también los reglamentos sobre probetas y vasos graduados utilizados en los laboratorios de antaño.
¿Y por qué ahora se derogan esos reglamentos? Desde su dictado hace casi un siglo “no se han presentado ante el servicio de aplicación de la Ley 19.511 y sus modificaciones, variedad de prototipos para la aprobación de modelo, verificación primitiva”. Es decir que no hubo modelos superadores de aquellos. Pero todo tiene una explicación: “Uno de estos factores podría atribuirse a la evolución tecnológica de los instrumentos de medición y a la automatización de los procesos productivos en los cuales podrían formar parte alguno de estos prototipos de instrumentos, lo que ha generado como resultado la sustitución parcial o total de estos”.
“Por consiguiente, resulta indispensable alinear las políticas aplicables al mercado interno, procediendo a una verdadera desburocratización y simplificación de los procesos productivos en relación con el usuario, así como a la eliminación de todas las trabas y obstáculos al comercio”.
Fuente: https://bichosdecampo.com/