Los márgenes son muy finos y los costos pesan cada vez más. En el consumo, hay una tendencia muy marcada. Ecos365 habló con el presidente de FUNPEL, Miguel Taverna, para conocer la realidad de la cadena.
La lechería afronta un escenario complicado a raíz de varios factores que se conjugan para generar dolores de cabeza a los primeros eslabones de la cadena. Así, la producción y la industria se encuentran por estos días ante dificultades importantes que repercuten en el negocio y, por ende, en la rentabilidad.
Para tener más precisiones sobre “la foto” del sector, Ecos365 dialogó con el Ing. Agr Miguel Taverna, presidente de la FUNPEL y uno de los técnicos más reconocidos del INTA en materia lechera. “En lo que respecta al tambo, los resultados no han dado muy bien en términos de indicadores económicos y rentabilidad. En el caso de la industria, si bien de alguna manera se viene recuperando por una recomposición en términos de la rentabilidad en los últimos meses, también es real que hay tope en los precios e incremento en los costos, con lo cual en muchos casos la rentabilidad de muchas empresas se ve comprometida”, indicó.
-¿Cuál es la coyuntura que afronta el tambo?
-Hay un ítem que forma parte del costo que es la reposición. En el costo entran todo lo que son las vaquillonas de reposición por el costo de oportunidad de esas vaquillonas en el mercado. De marzo a abril hubo un aumento importante de la vaquillona por parir, casi de un 25-30%, lo cual eso ha tenido un impacto muy fuerte en el costo de producción. Otro punto de alto impacto es la parte de amortización, porque hay un mayor valor del capital inmovilizado y eso hace que se incremente sustancialmente las amortizaciones. El tercer punto es todo lo relacionado con el servicio (confección de heno y silo) que está muy atado al valor del combustible y sabemos que hubo un incremento del valor en los últimos meses. A pesar que ha habido una recomposición o que ha habido una actualización del precio de la leche entre el 5 y el 6%, los costos treparon mucho más que eso en un 10 y 12% de un mes al otro. Eso explica por qué en abril la rentabilidad dio negativa.
-En escenarios adversos, ¿qué puede hacer tranqueras adentro el productor?
-Particularmente en este caso, el tema de la vaquillona de reposición (que para muchos pasa como un costo no valorado en términos de su impacto), es muy importante en todos los aspectos que inclusive hacemos referencia a la hora del crecimiento de los rodeos. Por un lado, tiene un alto valor en términos de reposición, pero también para aquellos productores que logran más vaquillonas que las que necesitan para reponer, vacas que descartan, puede ser un excelente negocio desde el punto de vista de la venta. Lamentablemente no es una medida que uno implemente y vea resultados rápidamente, pero es el camino.
-¿Cuánto influye la gestión y la información en un tambo?
-Nosotros siempre hacemos hincapié en todo lo que es la gestión. Es importante tener claro cuáles son los números en términos de los egresos e ingresos y trabajar mucho en la eficiencia del sistema. Siempre cuando entramos en rentabilidad negativa hay que tener en cuenta que es un valor promedio, que esconde realidades. Aún dentro de este contexto hay productores que ganan buen dinero y otros que pierden también de manera importante.
Industria y consumo
Taverna también dio un pantallazo del escenario que afronta la industria y reconoció que la exportación “es una oportunidad” teniendo en cuenta que pueden concretarse envíos al exterior “a precios razonablemente buenos”, siempre abasteciendo al mercado interno. Precisamente, al analizar el consumo reconoció que a pesar de todo “está prácticamente estabilizado”
-¿Por dónde pasa la preocupación en ese aspecto?
-En lo que respecta al consumo hay variaciones muy mínimas, pero no se observa un deterioro en términos de cantidad de litros que consume la población. Lo que sí se advierte es una tendencia a la primarización de las compras, es decir que hay una reducción de las compras de productos de alto valor agregado y una concentración en productos básicos. Eso hace que de alguna manera el volumen se mantenga pero que muchas veces la facturación total se pueda resentir. Y esto se explica fundamentalmente por la pérdida del poder adquisitivo del salario.
Fuente: Ecos365