Ante la dura situación que viven zonas como el norte santafesino con alta mortandad de animales, o la zona núcleo de la Pampa Húmeda, donde la Agencia Espacial Europea puso el foco y alertó por el avance de la sequía, en el sector lechero aguantan los embates del clima y de los efectos colaterales que dejó el dólar soja. Por eso el analista de la cadena láctea Alejandro Sammartino indicó que “hay un mosaico de situaciones”.
¿Cuál es el factor que hace la diferencia? Según indicó, el manejo que algunos productores lograron hacer en sus campos. “Lo que está marcando los casi tres años de Niña es que los que están haciendo las cosas con un nivel más alto de eficiencia están teniendo respuesta”, sostuvo Sammartino en declaraciones a radio La Red.
Sammartino en sus tiempos de funcionario público.
Sammartino fue subsecretario de Lechería durante la presidencia de Mauricio Macri. Hoy es consultor privado del sector y la FAO suele tenerlo como una voz de referencia en la producción láctea argentina.
“Hay un mosaico de situaciones. La sequía pegó duro en la falta de forraje. La gente ve en las rutas los camiones llenos de rollos porque la situación es grave, pero a la vez los tambos de punta que venían aprovisionándose hoy sostienen producciones a pesar de una seca tremenda”, explicó.
Por eso comparó: “Sin embargo, hay tambos que se vieron derrumbados por la falta de forraje”.
La semana pasada el productor ganadero Martín Spada, oriundo de Las Palmas, en el noreste chaqueño, le contó a Infocampo su caso personal: “debo hacer 300 kilómetros hasta Charata, en el centro del Chaco, para poder conseguir forraje para los animales”.
“ESTRATEGIA DEFENSIVA” DE LOS TAMBOS
Según Sammartino “muchos establecimientos ya venían jugando con una estrategia defensiva: esto es hacer silos para más de un año o dos años, y entonces son productores que han podido atenuar el impacto”.
“Desde ya que el impacto de la sequía fue feroz, pero en la macro del sector, la producción este año va a terminar casi al mismo nivel de producción que el 2021 con casi 15.300 millones de litros”, sostuvo. “Inclusive sucedió en un contexto de sequía, dólar soja, etc”, expuso.
En esa sintonía Sammartino se despegó de la cifra que indicaron desde la Mesa de Enlace, de más de 400 tambos que dejaron la actividad en el último año.
“Permítanme dudar de aquella cifra, porque las publicaciones no indican eso. La realidad es que hay concentración, como ocurre en todos los sectores lecheros del mundo”, expresó.
Para el analista el motor económico del sector son las exportaciones, el factor que permitió que se eleve la producción en comparación a otros momentos.
“Estos procesos y eventos climáticos y decisiones gubernamentales malas como el dólar soja, el dólar retrasado o la retenciones a las exportaciones, o la falta de reintegro tributario a las exportaciones perjudica, pero la realidad es que el sector construyó confianza en los últimos años y ha invertido, como en los robots”, remarcó.
Fuente: Info Campo