Conocidos los primeros guarismos de las elecciones el pasado domingo, quedó claro que en las zonas productivas el mayor caudal de sufragios fue para Javier Milei y su partido La Libertad Avanza: en Córdoba, fue una avalancha de votos que superó largamente el 70% para el libertario, y en el interior provincial la brecha incluso fue mayor.
Agroverdad consultó a productores agrícolas, tamberos y ganaderos sobre dos cuestiones precisas: cuáles son las expectativas que tienen sobre el nuevo gobierno y qué medidas debería tomar en función de las urgencias del campo.
Retenciones y cepo
Gabriel Brusasca (imagen de abajo) es un productor agrícola que tiene su campo en la zona sur de Leones, por lo que, como dicta la historia de esa región el trigo nunca falta en su establecimiento, y en las temporadas estivales trabaja con maíz, soja y algo de girasol.
“Me genera muy buenas expectativas este resultado, estoy muy contento que se haya producido un cambio después de más de 20 años de una forma de gobernar y hacer política en la que el campo en su totalidad siempre fue castigado y mal visto. Siempre fuimos los enemigos y todas las medidas que se tomaron eran para hacernos las cosas más difíciles. Con que eso cambie y no nos pongan palos en la rueda, ya es mucho. El campo debe ser aliado del gobierno, para ser más eficientes y generar divisas”, expresó.
“Los principales problemas a los que debe apuntar el próximo gobierno es la eliminación del cepo y la diferencia cambiaria. Tenemos un dólar pisado con respecto a su valor real. Hay otras cosas que acomodar que seguramente llevarán su tiempo, uno no pretende que se haga todo de un día para el otro porque puede ocasionar problemas mayores, pero debemos ir hacia eso y a la quita de las retenciones, que son un impuesto distorsivo”, precisó Brusasca.
Por otra parte, Agroverdad también dialogó con Gabriel Macagno, productor agrícola de la zona de Oncativo y Laguna Larga. Se define como alguien que le gusta estar al día con la tecnología y las innovaciones, siempre dispuesto a trabajar y a participar en ensayos. Macagno fue por la misma vía que su par de Leones. “Se tiene que eliminar la diferencia cambiaria, hay dólares para todo. Y lo otro es ir hacia un esquema de eliminación de las retenciones. Somos conscientes de que no se puede hacer de manera inmediata, pero debe plantearse un esquema que vaya hacia eso”, apuntó.
“Si de algo estoy seguro es que, con solo esas dos medidas, en poco tiempo Argentina pasará de producir los números actuales a un volumen mucho más grande. Sucede que, con este esquema distorsivo, muchos productores ahorran en costos como fertilización o tecnología, y se pierden de ser más eficientes”, finalizó.
Lechería: el “cuco” de las distorsiones
Aldo Gallo es un tambero de la zona de Colonia Iturraspe, cerca de Freyre, que tiene su rodeo unos 7 kilómetros antes de llegar al pueblo. Con 69 años y energía de sobra, maneja un tambo de 200 vacas en ordeñe.
“Un tambero organizado tiene menos riesgo de fundirse. El tambo es un trabajo de 24 horas al día, los 365 días del año. Yo hago también un poco de agricultura, pero trabajo sobre campos alquilados y nos va bien, trabajo con mi hijo actualmente. Hoy, uno de los principales problemas que afronta el tambero son los altos costos. A mí no me afecta tanto porque tengo un tambo pastoril, hago una suplementación de 3 kilos de balanceado por día, por vaca. Qué quiero decir con esto: cuando hay distorsiones como el Dólar-Agro, el gobierno lo único que hace es desbalancear los precios de los granos y ahí se va todo al diablo. Hicimos muchos metros para atrás”, explicó Gallo.
“¿Expectativas? Es difícil decirlo, hay muchos inconvenientes. Pero en mi opinión, los subsidios a quienes no lo necesitan generan muchos problemas. No digo que no haya que ayudar a quien lo necesita, pero en la zona hace falta gente para trabajar, uno busca y la respuesta es que si lo ponés en blanco pierde los planes y los beneficios”, expresó.
José Depetris, otro tambero de la zona de Brinkmann, en el departamento San Justo, maneja 3 tambos de 3 mil litros, con planteles de entre 130 a 140 vacas por establecimiento. Tiene 76 años y toda la vida en la lechería, ya que empezó a los 19 años junto a su padre. Ahora lo sigue con su hijo a cargo.
“La expectativa que tengo es que habrá cambios para mejor, pero porque se parte de una base tremendamente negativa. Entre el fenómeno de la sequía y las decisiones del gobierno anterior sobre el campo, creo que peor no podíamos estar”, aclaró Depetris.
Y agregó que “los subsidios que se dieron fueron para tambos pequeños y el que tenía tambos como el nuestro no recibió nada, pero el clima pegó fuerte para todos. Con la política de retenciones, más las distorsiones generadas por el Dólar-Agro, se provocó un contexto de pérdida para los tamberos. Tengo fe que todo eso se eliminará”.
Precisamente, consultado sobre las primeras medidas, dijo que “lo primero que tiene que hacer el nuevo gobierno es fijar reglas de juego claras, que uno pueda proyectar y planificar, el tambero no puede hacerlo. El agricultor puede guardar la soja y especula. Pero la leche se entrega todos los días, y dependemos de un precio que lo fijan las empresas diez días después de haber entregado la producción. Toda medida para el tambo tiene que apuntar a dejar de castigar a los que más producen: el costo de producción al que más produce es más caro que el costo de producción de aquel que produce menos”.
Y no dejó pasar la línea general de todos los demás: “Hay que dejar de generar distorsiones con el dólar variable. Cuando se da algo así, el tambo siempre llega tarde, los costos se van al demonio y a la lechería directamente la mata. Se fueron muchos tambos del sistema”.
Ganadería, sin trabas para exportar
Eduardo Ruiz es productor ganadero y tiene su campo cerca de La Rinconada y Sebastián Elcano, unos 70 kilómetros al noreste, cerca de la Laguna Mar Chiquita. Este socio de la Sociedad Rural de Jesús María cría vacas criollas y con sus 62 años, todo su tiempo se lo dedicó a la Ganadería, más allá de que contó que ahora diversificó sus rubros.
“Uno votó con la expectativa de que haya un cambio para mejor. Esperemos que sea un verdadero cambio y no más de lo mismo, al menos esa es la esperanza. En lo particular, como productor ganadero, lo único que pido es que se pueda trabajar libremente, que no nos cercenen eso”, comenzó.
“Para nosotros los ganaderos, además de la infraestructura (porque se hace necesario en eso un fuerte trabajo de parte del estado en todos los niveles), lo más importante es que se reabran las exportaciones de la carne. Es imperioso que no cerremos los mercados. A la vaca flaca, cuando China compraba, la vendíamos sin problema. No tiene que haber ningún tipo de restricción para llegar a los mercados internacionales. Antes, yo les vendía a los que exportaban: les dábamos los animales y a los 30 días teníamos el pago”, indicó.