Si bien la inflación sigue imparable y hay mucho nerviosismo en el gobierno nacional y los alimentos, incluidos los lácteos siguen su marcha ascendente, los precios de quesos en fábrica –por motivos diversos- se estabilizaron en los últimos 40 días.
La suba estacional de la producción de leche, los precios poco atractivos del mercado internacional (que dan para pagar por debajo del mercado doméstico) y la debilidad de la capacidad de compra promedio de los argentinos han conformado un cóctel bajista.
Miguel Cerutti, titular de una empresa láctea en la Playosa le dijo a TodoLechería que “está haciendo enormes esfuerzos para sostener precios y que decidió aumentar la venta de leche a fábricas exportadores o pymes queseras” necesitadas del fluido.
En la misma dirección se expresó Ercole Felippa, presidente del centro de la Industria Lechera quien en una entrevista con TodoAgro Radio confirmo que los precios “en puerta de fábrica están planchados”, y al mismo tiempo descartó con énfasis rumores de que Argentina deba importar leche en un corto o mediano plazo, tal como indican algunos estamentos entre ellos la Sociedad Rural de Rosario.
La consulta a una decena de fábrica ha sido coincidente a lo que se informó desde PylaCor, un nucleamiento que agrupa a pequeñas fábricas de la Cuenca Villa María que en su reporte mensual subrayó que el queso cremoso al 1 de setiembre y durante los 30 días anteriores se vendió por debajo de los $600 final y solo subió un 0,2%, igual porcentaje la barra Tybo en puerta de fábrica, cuyo valor se comercializó entre $730 y $780 dependiendo la fábrica.
El sardo fresco, en tanto, bajó un 0,6% vendiéndose en un rango de $900 a $1.000 y el Holanda o Pategrás promedió los $992.
Fuente: Todo Lechería