El mejoramiento genético no solo permite aumentar la fertilidad de los vientres o el ritmo de ganancia de peso de los novillos. En los últimos años también posibilitó la selección de animales con mayor resistencia a enfermedades, como mastitis, pietín y fiebre de leche, entre otras.
La llave para alcanzar ese logro fue la secuenciación del genoma bovino. Esta formidable herramienta permite identificar animales más resistentes a las afecciones de mayor importancia económica y reproducirlos de manera de multiplicar individuos con esos rasgos. Expresado de otra manera: las pruebas genómicas permiten ver todo lo que puede aportar el ADN para la salud y el bienestar de los animales, a partir de lo cual se pueden seleccionar los superiores en esas características.
Mastitis y pietín
“La mastitis es la enfermedad más perjudicial en la producción lechera. En Estados Unidos genera pérdidas de US$32.000 millones por año”, define Juan Pablo Muriel, referente de Select Sires Inc. Sucede que, además de los efectos visibles sobre la ubre, las vacas con altos conteos de células somáticas dan menor producción de leche y alargan el intervalo entre partos.
Por medio de las pruebas genómicas y de la selección, actualmente ya hay toros que dan hijas con resistencia a la mastitis. Este rasgo de las súper vacas está fehacientemente validado por trabajos científicos realizado por Zoetis y por el Consejo de Criadores de Ganado Lechero de Estados Unidos (CDCB), complementadas con el conteo de células somáticas como prueba indirecta. Esta tecnología ya está disponible para las empresas lecheras argentinas y puede analizarse con los datos de los toros que ofrecen los centros de inseminación.
El pietín o cojera es una afección frecuente de las pezuñas de las vacas lecheras, que produce rengueo o claudicación para caminar. Es otro problema serio de los tambos en la Argentina, porque muchos días del año las vacas se desplazan en el barro.
“Durante muchos años se pensó que solo los animales con muy buenas patas y pezuñas tendrían mayor vida productiva y más resistencia al pietín. Sin embargo, pruebas genómicas rompieron ese paradigma y demostraron que la resistencia a esa enfermedad tiene correlación con otros factores que se pueden identificar con los análisis de ADN”, diferencia Muriel.
Las pruebas genómicas también permiten identificar individuos de mejor comportamiento frente otras adversidades que afectan la producción láctea. Por ejemplo, posibilitan seleccionar animales que ofrezcan una rápida eliminación de la placenta luego del parto. También permiten elegir las vacas que más rápidamente ponen en condiciones el aparato reproductivo luego del parto evitando la metritis.
Asimismo, se pueden identificar animales con mayor resistencia a la cetosis, un disturbio metabólico que aparece en los primeros tramos de la lactancia de las vacas, y al desplazamiento del abomaso, por raciones muy ricas en maíz. La capacidad de trasmitir resistencia a enfermedades de un toro a su descendencia se puede medir con un índice -el wellnes traits- que utiliza una escala donde 100 es el promedio.
En síntesis, para Muriel “el mejoramiento genético de ganado lechero en los últimos años está tomando una dimensión integral: articula la producción de leche con la reproducción y con la salud de las vacas, en una combinación virtuosa que da como resultado final de un incremento de la productividad”.
En la Argentina
En el país, los productores lecheros están acostumbrados a seleccionar animales por índices como el TPI o el Mérito Neto que dan relativamente poca importancia a la resistencia a estas enfermedades. Por ejemplo, el TPI (Total Performance Index) considera rasgos de producción y de conformación en los animales por incorporar a un rodeo.
Por su parte, el Índice de Mérito Neto predice la ganancia esperada durante toda la vida productiva de una vaca, comparada con la base de la raza. De esta forma, se puede determinar el ingreso que un animal puede generar durante su estadía en el campo. Este índice incluye características de producción, de facilidad de parto, longevidad, etc.
En cambio, hay otros índices -como el Dairy Wellness Profit Index o el Herd Health Profit Dollars- que dan mucha importancia a la resistencia a enfermedades. Estos datos “están disponibles dentro la información que se presenta en los catálogos locales, aunque aún no están siendo utilizados como herramientas principales de selección genética”, observa Fernando Testa, gerente general de Select-Debernardi.
Las experiencias en otros países, más allá de los diferentes sistemas de manejo, están demostrando, por ejemplo, que el uso del Dairy Wellness Profit como índice primario de selección ha elevado significativamente la rentabilidad de esas empresas. No solo por el aumento de producción sino por mayor longevidad, mejor reproducción, menos descartes y menos gastos veterinarios.
“En la mayoría de los sistemas de manejo de nuestro país, la selección por resistencia a enfermedades, principalmente mastitis, es algo que se va a hacer muy popular en el corto plazo y que realmente va a ayudar a mejorar la rentabilidad de las explotaciones lecheras”, proyecta Testa.
Fuente: La Nación