El pasado viernes, en una asamblea, el sindicato Atilra resolvió frenar acciones de protesta que llevaron a la cooperativa láctea SanCor a una situación difícil; se habría aceptado una propuesta de la empresa cuyos detalles todavía no se hicieron públicos
SANTA FE.- Los tres años de conflicto permanente y, principalmente los últimos 8 meses de medidas directas que pusieron a la láctea SanCor Cooperativas Unidas Limitada (CUL), con sede en Sunchales, al borde de su cierre, están llegando a su fin. Anoche, en una asamblea, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) resolvió dejar sin efecto su actitud y acatar las decisiones empresarias que se orienten a la recuperación de la producción, la presencia en el mercado y el sostenimiento de los puestos de trabajo. Trascendió que se habría puesto a consideración una propuesta de la empresa.
Si bien la postura del gremio que conduce Héctor “Etín” Ponce (67 años) desde hace 22 años deberá ser ratificada la semana próxima en una audiencia en la Secretaría de Trabajo de la Nación, el resultado de la asamblea realizada anoche en aquella ciudad del oeste santafecino, confirma lo que se venía insinuando en las últimas semanas: que Atilra se quedó sin respaldo interno y sin margen para continuar con su postura de conflicto casi permanente. En la última campaña presidencial, Ponce jugó para el excandidato Sergio Massa.
Atilra había iniciado hace tres años el camino del enfrentamiento con la cooperativa acicateada por un proyecto público-privado que se perfilaba para adquirir la empresa, otrora líder del mercado lácteo argentino. Pero la postura se radicalizó en octubre del año pasado cuando del discurso se pasó a la acción. Hubo bloqueos a las plantas que debió cesar en su producción o tercerizar la leche para no perder a sus asociados.
Aunque no fue tema de evaluación, algunos referentes del sector recordaron que el procesamiento judicial de seis delegados de diferentes plantas preocupa a la dirigencia y ese también habría sido un elemento que la mesa chica del gremio trató para dejar sin efecto el plan de lucha. Debe recordarse que muchas de las decisiones de Atilra comenzaron cuando apareció la idea del fideicomiso con capitales privados que nunca se pudo concretar, y la necesidad de resolver la relación con la empresa para preservar fuentes de trabajo. En este marco, en su momento surgió un proyecto de socios capitalistas (José Urtubey, de Celulosa Argentina; Marcelo Figueiras del Laboratorio Richmond, productor de la vacuna Sputnik V en el país; y Gustavo Scaglione del Grupo Televisión Litoral). Ellos, se dijo desde el sector gremial, iban a rescatar la cooperativa del oeste santafecino.
Ayer se repitió en distintos ámbitos que la decisión de anoche “estaba al caer” ya que se especulaba que el conflicto está agotado. Para los 1500 trabajadores el cese del conflicto trae tranquilidad.
SanCor se ha desprendido de parte de su línea de productos frescos, que quedaron en manos de Alimentos Refrigerados SA (Arsa), cerró plantas y cuando los productores reaccionaron comenzó a “vivir con lo puesto”. Atrás quedó la performance industrial de los 6 millones de litros diarios; ahora apenas rozan los 600.000. Toma de instalaciones, asambleas, producciones interrumpidas y otras tantas decisiones que pretendían limar la recuperación afectaron a la empresa.
Según expertos del mercado lácteo, SanCor podrá volver a activar las gestiones para sumar capitales que le posibiliten aumentar la producción y sostenerse. Todo eso en momentos en que la lechería argentina sigue caminando por un camino lleno de obstáculos.