Se necesitan medidas de fondo para evitar que al ganadero le paguen cada vez menos por la leche, mientras al consumidor el precio le sigue subiendo.
Los precios de la leche pagados al productor van en picada, mientras los que paga el consumidor tienden al alza, ampliando la brecha entre estos dos extremos de la cadena.
En los últimos dos años (2023 y 2024) el precio pagado al productor de leche se ‘desplomó´ más de 19 % en dos años, el precio al consumidor aumentó en ese mismo período 12,2 %. Así lo señala Óscar Cubillos, en su columna de CONtexto Ganadero.
En otros términos, mientras al consumidor se le cobraba más, al ganadero se le pagaba menos, lo que da como resultado que la brecha entre lo uno y lo otro sea de poco más de 31 % que quedó en manos de comercializadores e industria lechera, indicó el profesional.
A ello se suma la disminución de los inventarios en manos de la industria y un freno en las importaciones debido a la tasa de cambio y al gravamen ad-valorem impuesto a las compras externas provenientes de Estados Unidos y que concluyó en días pasados.
Si bien el tema dejó de preocupar por el ingreso del verano -época en que el precio pagado al ganadero mejora porque se reduce la oferta- el panorama tampoco es alentador porque con el cambio climático ya no se sabe cómo va a comportarse el clima. A ello de debe adicionar, para efecto de previsiones de precio, que en menos de un año podrá ingresar leche de Estados Unidos sin arancel y sin cuota, sino toda la que se quiera traer, a menos que el gobierno vuelva a adoptar medidas como la del año anterior (con arancel).
Propuso que en la medida en que el flujo de caja lo permita así como las condiciones de entorno y actividad, se debe dedicar parte de la producción lechera a la cría, disminuyendo la leche para la comercialización, considerando el favorable panorama para la carne tanto en el ámbito externo como en el interno.
Fuente: https://www.contextoganadero.com/