Desde diversas vertientes se plantea la situación del sector lechero como difícil y se proponen soluciones que es urgente implementar.
En concordancia con la radiografía del sector lácteo que ha expuesto Fedegán, Asoleche, Analac y que reconoce el mismo gobierno, Bancolombia presentó su panorama de la cadena de ganadería de leche que no es diferente.
Según el equipo de investigaciones económicas del banco, las altas temperaturas y una menor pluviosidad hacen que haya una mayor mortalidad en el hato ganadero, una menor producción de pastos y un mayor costo por uso de alimento concentrado: “Las noticias hablan de una transición rápida esperada hacia mediados del año a un nuevo fenómeno de La Niña, lo que sería de ayuda al menos para evitar un verano más prolongado”.
En cuanto a los precios de la leche al ganadero mantienen una tendencia bajista. Según las cifras oficiales de Minagricultura de los últimos cinco años, 2022 fue el periodo en que, en términos porcentuales, el precio pagado al ganadero con bonificaciones voluntarias superó en mayor medida el precio mínimo obligatorio. Esta diferencia ha venido retornando a la normalidad, y es posible que, en buena medida, se explique por el deterioro en el consumo de lácteos.
La demanda en general ha estado estancada por cuenta de la inflación, en medio de unas cifras de acopio de la industria formal que, podría decirse, no han estado tan afectadas como se hubiera esperado. Aunque el acopio para año completo 2023 cayó 1,2 % comparado con 2022, las variaciones (anuales) de los últimos meses han sido positivas, e incluso el acopio de enero 2024 fue casi 12,6 % superior al de enero del año pasado.
Los derivados lácteos se rehúsan a bajar de precio. Un aumento del 47 % en 2022 en los precios (con bonificaciones voluntarias) de la leche cruda, materia prima básica para la industria láctea, llevó, junto con otros factores, a que se comenzara una espiral inflacionaria en los precios al consumidor.
Aunque los precios de la materia prima vienen corrigiendo a la baja, a diciembre de 2023 todavía se observaba una variación anual del IPC de la leche de dos dígitos (12 %), y el dato de febrero (5,5 % anual y 0,5 % mensual), aunque menor, muestra que ese proceso todavía continúa.
Según el Dane, la industria de productos lácteos lleva dos años en decrecimiento. Los datos de la encuesta mensual manufacturera hablan de una caída del 0,5 % en términos reales en las ventas de productos lácteos en 2022, y del 6,4% en 2023. La industria transformadora afronta, además, retos como el mayor costo de la energía, un riesgo de alzas en el precio del diésel y un aumento de la inseguridad en las vías en determinadas regiones.
Los gremios
En las últimas semanas los gremios también han expresado su preocupación por la situación del sector. Fedegán destaca la situación del precio pagado al productor que obedece a la caída del consumo de lácteos, el uso de productos análogos y el contrabando de queso.
Según el director de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, Óscar Cubillos Pedraza, el alza de los insumos provocó un incremento en el costo de producción de la leche, que a su vez elevó el costo para los hogares: “Todo eso termina trasladándose al consumidor y genera unos efectos de poder comprar o no si está barato o caro, que al fin y al cabo se traduce en un problema de consumo”.
El consumo aparente de leche pasó de un máximo 162 litros en 2021 a 147 en 2023, menor al que estaba antes de pandemia. Esto ocurrió porque el índice de precios de la leche al consumidor subió 13 % en 2021, 37 % en 2022 y 12 % en 2023, lo que desestimuló las compras de lácteos.
Para enfrentar la reducción en el consumo, el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, propuso, en el Congreso de la Federación Colombiana de Municipios, la creación de un fondo que promueva el consumo de leche y productos lácteos en los niños de sectores populares, financiado entre Fedegan-FEP, la industria láctea y entes territoriales o Gobierno Nacional.
También planteó incluir la leche en las compras públicas con destino a programas como el PAE, los comedores comunitarios y las raciones de la Fuerza Pública, algo en lo cual coincidió la ministra de agricultura, Jhenifer Mojica.
Por su parte, el presidente de Asoleche, Felipe Pinilla, señaló en declaraciones a Portafolio que existe una alerta por el precio de la leche pagada al productor, pues lleva un total de 11 meses a la baja por cada litro vendido: “Los precios de los lácteos en planta y al consumidor aún no reaccionan coherentemente. Esto es lo que no ha permitido que el consumo repunte. Podría haber repuntado desde el segundo semestre del año pasado si eso sí hubiese pasado”, explicó.
Entre tanto, la presidenta de Asoleche, Ana María Gómez Montes, convocó a una acción conjunta para impulsar el consumo de productos lácteos en Colombia al subrayar la importancia de esta iniciativa en un contexto marcado por una disminución del 9 % en la demanda de lácteos en 2022 y un 6 % en 2023.
Sin embargo, a diferencia de lo expuesto por los productores, el gremio de la industria manifestó que a pesar de la disminución en la demanda, la industria formal ha mantenido, en los últimos años, un promedio de pago real al productor que supera en doble dígito al precio base obligatorio, gracias a las bonificaciones voluntarias otorgadas por las empresas al ganadero. En enero de 2024 el precio base por litro con bonificaciones obligatorias se situó en $1.821, mientras que con bonificaciones voluntarias alcanzó los $2.082.