En conversación con 6AM Hoy por Hoy, la presidenta del gremio que agrupa a las empresas procesadoras de lácteos en el país habló sobre el aumento en los precios de la leche y sus derivados.
Según Andrea González, representante de la organización, una de las principales razones es la cifra inflacionaria en Colombia. En lo corrido de 2023 la reducción del consumo estuvo en un 6.5%, según sus cálculos.
La situación afectó no solo el bolsillo de los consumidores. También los productores y empresas de la industria lechera han visto los resultados de la inflación, pese a su reducción.
Explicó que son varios los factores causan la alteración de la industria. “La leche es un producto bastante sensible a los diferentes eventos que suceden en el mercado”.
Aclaró además que la cifra de reducción del consumo de productos lácteos cerró en el 9.7% en el año 2022. Comparada con la reducción a la fecha, el panorama de la industria lechera genera preocupación a la organización.
Según la presidenta de Asoleche, el aumento de los precios de los lácteos y la caída en el consumo responde en parte a las cifras de la inflación en Colombia.
Esto además de otros factores que movilizan una mayor producción de leche, como el clima.
González destacó que las cifras de inflación mayores a dos dígitos tienen un impacto directo sobre el consumidor. Reconoció que la inflación se ha reducido, pero dejó claro que la industria lechera sigue sufriendo efectos negativos.
“Hoy puede estar entre cuatro y cinco mil pesos le valor del litro. Hace un año y medio o dos años podía estar entre tres y cuatro mil”, comentó la representante al comparar el cambio de los precios de la leche para el consumidor.
“Es un incremento bien importante en la canasta básica de los colombianos”, dijo. Y explicó que la caída en las ventas del sector se debe a la alta cifra inflacionaria que reduce la compra de alimentos por parte de los consumidores.
Los costos en la producción de la industria lechera también tuvieron alzas, según González. “El ganadero ha tenido dificultades en los costos de producción, fruto de aspectos internacionales. La guerra ha aumentado el costo de insumos y fertilizantes”, argumentó.
Y agregó, respecto a la incidencia del clima en la alta producción: “Actualmente la coyuntura y el exceso de producción, fruto de los aspectos climáticos, ha venido aumentando la cantidad de leche que sale. Pero como el consumo está estancado, no hay quien la compre.”
La presidenta también aclaró que el valor que se paga a los ganaderos por la leche no solo varía de forma negativa por los factores del mercado. La venta a compradores no formales afecta también este aspecto.
Hizo la comparación entre lo que su gremio denomina “leche formal” y los compradores no formales.
Los primeros, en su mayoría empresas, compran la leche a los ganaderos a partir de un precio de base determinado por el Gobierno.
Mientras tanto, los compradores no formales, explicó González, pagan a los productores incluso por debajo de los precios base estipulados.
“La industria formal paga un precio que regula el Gobierno Nacional. Pero no sucede lo mismo cuando se comercializa de manera informal, en donde están sujetos los compradores a los vaivenes del mercado”, explicó.
Panorama de sobreoferta
En su comunicación con 6AM Hoy por Hoy, la presidenta de Asoleche manifestó también su preocupación por una posible situación de sobreoferta.
Aseguró que, de continuar el aumento de la oferta y la caída de la demanda, podrían presentarse situaciones de extrema oferta que ya se han visto en el país.
Es probable que incluso los ganaderos tengan que botar la leche por falta de compradores, como sucedió por el mal estado de las vías en 2022.
Sobre el cambio en los precios, González explicó el funcionamiento de la industria lechera en el país.
“La cadena láctea es un todo. Lo que sucede en un eslabón termina afectando al productor, consumidor, al procesador y al comercializador.”
Y agregó, respecto a las razones y efectos sobre el consumidor: “Esa sensibilidad se ve reflejada por un incremento excesivo del precio, pero también por efectos climáticos.”
También hizo un llamado para trabajar en la normalización del mercado de la leche y sus derivados.
“Lo importante es trabajar en conjunto con el Gobierno Nacional y crear esquemas que ayuden a reducir la volatilidad que se da en la cadena y en particular en los precios.”
Además de los efectos directos de la crisis sobre la industria lechera, González manifestó su preocupación en términos de efectos sobre la integridad y la alimentación de las familias colombianas.
“Nosotros tenemos una inseguridad alimentaria muy alta.” Y agregó, citando el último estudio del DANE y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura: “15.5 millones de colombianos sufren inseguridad alimentaria grave o moderada.”
Aseguró que la responsabilidad del control de precios y el acceso a los productos no depende solo de la industria, sino también del Estado en alianza con los productores.
“En países como estos debemos tener políticas integrales que permitan un consumo para los colombianos, que les permita nutrirse adecuadamente. La leche es parte de esa canasta básica.”
La presidenta de la organización concluyó haciendo referencia a la escasez de mantequilla en el mercado durante los últimos meses.
Aseguró que en el momento la situación está normalizada y hay proveedores que lo están ofreciendo, aunque puede llegar a reducirse la capacidad para producirla.