La preocupación crece entre los productores lecheros de Boyacá, quienes enfrentan una crisis profunda que amenaza la sostenibilidad de sus operaciones. En respuesta a la falta de apoyo gubernamental y los efectos adversos de los Tratados de Libre Comercio (TLC), se estaría convocado una movilización en Bogotá para el próximo 10 de septiembre. Esta decisión fue tomada durante una asamblea realizada en Duitama, donde productores y procesadores de lácteos de la región se reunieron para analizar la situación.
El profesor Horacio Eslava, coordinador de la asamblea, expuso los principales puntos discutidos, subrayando la falta de ayuda por parte del Gobierno nacional y las dificultades que los TLC han traído al sector. “El principal tema de preocupación es la drástica reducción en el precio de la leche que compran las compañías. En algunos casos, el precio ha disminuido entre 200 y 400 pesos por litro, dejando el valor de compra entre 1200 y 1400 pesos en esta región. En otras partes del país, el precio ha caído aún más, situándose por debajo de los 1200 pesos”, explicó Eslava.
El impacto de esta caída de precios no es el único problema. Según Eslava, las compañías también han reducido la frecuencia con la que recogen la leche de las fincas. “En varios municipios, solo recogen la leche de lunes a viernes, dejando a los productores con la necesidad de transformar la leche de los fines de semana en quesos y cuajadas, lo que resulta en una pérdida significativa de ingresos”, señaló. Esta situación afecta principalmente a municipios como Duitama, Iza, Belén y Tuta, cuyos productores participaron en la asamblea, así como a otros municipios cercanos como Tibasosa.
Eslava destacó que la entrada de leche en polvo y otros derivados lácteos importados está desplazando a la producción local, afectando gravemente a la industria procesadora. “El año pasado, durante el segundo semestre, ingresaron al país aproximadamente 75,000 toneladas de estos productos, lo que ha disminuido la demanda de la leche que producimos aquí”, afirmó. El problema, según él, está estrechamente relacionado con los Tratados de Libre Comercio, en particular con el acuerdo con Estados Unidos. “Pronto se acabarán los contingentes, lo que significa que los importadores podrán traer toda la leche que deseen sin ninguna restricción a partir de 2026. Esto afectará aún más a nuestro sector, que ya está en una situación crítica”, advirtió Eslava.
El futuro para los productores lecheros se vislumbra oscuro. “Este es un sector que ya estaba en dificultades antes de estos cambios. Para una persona del campo, no es fácil simplemente dejar de ordeñar y pasar a otra actividad, porque las otras opciones agropecuarias también están en crisis. Antes se sembraba trigo y cebada, pero ya no es rentable. Algunos se pasaron a la papa, pero este cultivo también enfrenta dificultades. Ahora, incluso la ganadería, que parecía más manejable, está siendo gravemente afectada”, reflexionó el profesor.
En la asamblea, se presentaron 12 puntos programáticos que se llevarán como propuesta al Gobierno nacional. Entre los principales temas se encuentran la renegociación de los Tratados de Libre Comercio, la solicitud de subsidios para compensar las pérdidas que están sufriendo los productores, y la eliminación de impuestos indirectos a los derivados lácteos. “Lo que buscamos es alivio económico para las familias afectadas y el reconocimiento de un subsidio para aquellos productores a quienes se les ha rebajado el precio de compra por debajo de los costos de producción”, detalló Eslava.
La movilización del 10 de septiembre es vista como una medida desesperada, pero necesaria, para llamar la atención del Gobierno nacional y exigir soluciones concretas. “Aunque otros sectores también enfrentan sus propias dificultades, la movilización tiene como objetivo unir fuerzas y hacer visible un problema que afecta a todo el departamento, no solo al sector lechero”, comentó Eslava.
El impacto de esta crisis va más allá de los productores de leche. En la asamblea también participaron personas del comité de defensa de la producción de acero, quienes expresaron su preocupación por las repercusiones que esta situación puede tener en la economía y el bienestar del departamento. “Si la agroindustria cae, sería una verdadera calamidad para la región”, advirtió el profesor.
En los próximos días, se llevarán a cabo nuevas asambleas en los diferentes municipios y veredas para seguir desarrollando el plan de acción y discutir propuestas adicionales. La intención es que la movilización del 10 de septiembre no sea un evento aislado, sino parte de un esfuerzo continuo por defender los intereses de los productores lecheros y buscar alternativas que garanticen la supervivencia del sector.
Con la movilización a la vuelta de la esquina, los productores de Boyacá están decididos a hacer oír su voz y exigir el apoyo que tanto necesitan para enfrentar los desafíos que los TLC y la falta de políticas de protección han traído a sus comunidades.
Fuente: https://caracol.com.co/