Álex Bach es investigador en la Universidad de Lleida y director del Instituto Lácteo Catalán. Recientemente ha participado en las Jornadas Técnicas de Vacuno Lechero de Seragro para exponer los avances que la tecnología proporciona al ganadero para ayudarle en su día a día en la toma de decisiones más acertadas
El uso de la monitorización individualizada de los animales se ha ido extendiendo en los últimos años por la mayoría de explotaciones lácteas, pero nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial están irrumpiendo en el sector y permiten sacar mayor partido a los datos obtenidos.
El uso de la IA para la toma de mejores decisiones en las granjas lácteas es ya una realidad y el director del Instituto Lácteo Catalán e investigador en la Universidad de Lleida, Álex Bach, afirma que los algoritmos se impondrán en los próximos años al permitir a ganaderos y técnicos hacer predicciones acertadas sobre la evolución del rebaño y los distintos escenarios posibles.
“Lo que hacemos habitualmente es mirar los datos de este mes, sean de producción o reproductivos, y los comparamos con los del mes pasado o con los del mismo mes del año pasado. Necesitamos un cambio de mentalidad para empezar a mirar hacia adelante y no para atrás, porque manejar las granjas analizando datos hacia atrás es como conducir un coche mirando por el retrovisor”, compara.
Manejar las granjas analizando datos hacia atrás es como conducir un coche mirando por el retrovisor
“Hemos de mirar al presente y al futuro y no tanto al pasado; tenemos que adelantarnos. Hacemos muchos esfuerzos en detectar patologías en vez de dedicar esos esfuerzos a prevenirlas”, insiste.
Sin embargo, indica, “la inteligencia artificial no va a sustituir en ningún caso al técnico, sino que es una herramienta para el técnico y el ganadero”, asegura. Los algoritmos, afirma, pueden ser de gran ayuda para decidir el nivel de producción óptimo de una granja, para realizar ajustes en la alimentación y cambiar las raciones con mayor frecuencia, así como para establecer lotes con alimentación diferenciada y asignar a los animales a los distintos lotes en función del gasto en alimentación y la producción esperada.
¿Para qué producción formular la ración?
Álex asegura que existen decisiones básicas en el día a día de una granja láctea para las que el uso de Inteligencia Artificial (IA) puede resultar útil y que una de ellas es fijar un objetivo de producción en función del potencial de nuestras vacas y el aporte nutricional.
“Cuando formulas la ración para más litros de los que nuestras vacas están produciendo no necesariamente ganaremos más dinero, porque no todas las vacas responden produciendo más leche cuando damos una ración más cara y, aún produciendo más, puedes tener más leche en el tanque pero menos dinero en el bolsillo al hacer una ración más cara”, advierte.
Puede pasar que al hacer una ración más cara tengas más leche en el tanque pero menos dinero en el bolsillo
“Es una decisión trascendental decidir para qué producción formulamos la ración, porque una ración para 22kg de leche cuesta 218€/tonelada, pero para 35 kg ya sube a 278€ y para 50 kg se dispara a 334€”, ejemplifica.
“La nutrición de las vacas se basa en un único modelo (el NRC 2001, el NASEM 2021 o el INRA) pero cuando se invierte en aportar más nutrientes en la ración no todas van a responder con más leche y no siempre el aumento de la leche producida compensa el incremento de coste de alimentación generado”, insiste Álex.
¿Cuándo cambiar a una vaca de lote?
El investigador catalán es partidario de dividir el rebaño en lotes para tratar de ajustar la nutrición aportada a sus necesidades. “Muchas veces da miedo hacer grupos de animales en producción con raciones diferentes porque la duda está en cuándo debo cambiar a una vaca de lote. La inteligencia artificial nos puede ayudar en eso”, asegura.
“Nos dice, por ejemplo, que ahora es el momento de cambiar a una vaca al lote de baja producción porque aunque con el cambio de alimentación nos vaya a dar 2 litros menos de leche al día, nos va a hacer ganar más dinero porque lo que come es más barato”, explica.
La inteligencia artificial nos puede ayudar a decidir cuándo es el momento adecuado para cambiar a una vaca al lote de baja producción
“Nosotros somos los que debemos decidir, somos los gestores. No debemos dejar que sean las vacas las que decidan cuánto comen o cuánto producen”, argumenta.
¿Cuánto concentrado dar en el robot?
“Los robots de ordeño ofrecen una oportunidad inmensa para hacer alimentación de precisión”, reconoce Álex, pero considera que “es un error lo que se ha estado haciendo hasta ahora de dar hasta 8 kg de pienso a la vaca en el robot”, porque, dice, “no siempre los come y, por lo tanto, una vez más es de nuevo la vaca la que está gestionando la granja en vez de nosotros”, asegura.
Es un error dar 8 kg de concentrado en el robot, mi recomendación es dar como máximo 2 kg
Por eso recomienda dar como máximo 2 kg de concentrado por cabeza en el robot de ordeño, ajustando el resto de la ración en el pesebre en función de los distintos lotes de animales. “Para que la alimentación de precisión sea precisa tiene que ser repetida. Si un día la vaca nos come 8 kg en el robot y al día siguiente 6 kg no es alimentación de precisión”, insiste.
Para que dando menor cantidad de pienso las vacas encuentren el aliciente suficiente como para ir a ordeñarse al robot, Álex propone estrategias como diferenciar el concentrado que se aporta en el robot de ordeño del que se integra en la ración unifeed.
Podemos formular una ración muy energética en pesebre y guardarnos la proteína para el robot; con medio kg de soja es suficiente para que la vaca acuda a ordeñarse
“Podemos dar una ración base en el pesebre con forraje y mucha energía, por ejemplo harina de maíz, y guardarnos la proteína para el robot, que es lo más apetecible para la vaca. Por ejemplo, reservar la soja, que además es lo más caro, para dar en el robot en función del nivel de producción de la vaca. Si hacemos eso, con medio kg de soja es suficiente para que una vaca acuda al robot”, asegura.
Monitorización continua
Los pequeños ajustes diarios son los que marcan la diferencia y pueden mejorar la rentabilidad de la explotación, haciéndole ser más eficiente y ganar más dinero, asegura. “De un día para otro la humedad del silo cambia; no sirve formular la ración una vez al mes y olvidarse de ella. No debemos tener miedo a cambiar la ración cada 3 días con pequeños ajustes que nos harán ganar más dinero”, defiende.
De un día para otro la humedad del silo cambia; no sirve formular la ración una vez al mes y olvidarse de ella
La tecnología actual mediante inteligencia artificial es capaz de proponer esas modificaciones gracias a herramientas como algoMilk, que es un programa informático de algoritmos para mejorar la formulación de la ración. “No es una sustitución del nutrólogo, es una ayuda para el nutrólogo”, insiste.
No debemos tener miedo a cambiar la ración cada 3 días con pequeños ajustes que nos harán ganar más dinero
La monitorización de los animales en producción se ha ido universalizando en los últimos años en la mayoría de explotaciones. Sin embargo, muchas de ellas tienen aún carencias en otros lotes de animales. “Es necesario tener más datos de la recría. A nadie se le ocurre hoy producir leche sin saber cuánta leche da cada vaca y sin embargo nos atrevemos a criar terneras sin tener datos, cuando una báscula cuesta 5.000 euros y se paga sola en poco tiempo”, asegura.
Integración y optimización de datos
La integración de datos de los distintos dispositivos tecnológicos de medición existentes en una granja (sistema de ordeño, collares de monitorización, software de gestión agrícola, etc) sige siendo la gran asignatura pendiente de las distintas herramientas disponibles.
La integración automática y a tiempo real de todos los datos relevantes de una explotación es todavía hoy en día una asignatura pendiente
Un problema habitual es saber qué datos utilizar y cuál es su grado de veracidad. “Los datos que manejemos deben ser reales. No hay peor cosa que tomar decisiones basadas en datos erróneos; para eso prefiero no tener datos”, afirma Álex.
“Hay problemas que hemos generado los técnicos haciendo las preguntas erróneas al ganadero. Por ejemplo, el intervalo entre partos es el dato más inútil que hay; no sirve para nada porque no cuenta lo que pasa. El intervalo entre partos es un valor maquillado o sesgado que siempre es mejor que la realidad, pues las vacas que han abandonado el rebaño (por problemas reproductivos, baja producción, etc) no forman nunca parte de este índice”, razona.
El intervalo entre partos es el dato más inútil que hay; no sirve para nada porque no cuenta la realidad de la granja
Además, añade, “el intervalo entre partos informa de algún problema reproductivo que ocurrió en la granja hace como mínimo 9 meses atrás y, por tanto, poco se puede hacer ahora para corregirlo”. “El coste por litro de leche es otra métrica que no sirve para tomar decisiones”, asegura, porque no tiene en cuenta el precio de venta de la leche.
“Yo no pregunto nunca a una granja cuánta leche produce, sino cuánto dinero gana”
La producción de leche ha mejorado considerablemente en términos de genética, nutrición, salud y manejo en las últimas décadas, pero la renovación de las métricas que se usan para gestionar las granjas es una oportunidad para seguir mejorando la eficiencia del sector.
A la hora de gestionar una explotación láctea, Álex recomienda dejar de basarse en datos productivos para tener en cuenta datos económicos. “Yo no pregunto nunca a una granja cuánta leche produce, sino cuánto dinero gana. El ingreso o margen sobre el coste de alimentación (ISCA) es lo que te da la rentabilidad de la explotación, lo que estoy ganando”, asegura.
Un indicador crucial en la producción de leche es el margen sobre los costes de alimentación (ISCA)
El ISCA se calcula multiplicando la leche vendida por su precio y restándole el consumo multiplicado por el coste del alimento. “Parece sencillo, pero es difícil de calcular”, advierte Álex, porque a veces no se cuantifican con exactitud algunos parámetros.
Por ejemplo, el coste de la ración es estimado en función de unas cantidades teóricas de cada uno de sus ingredientes pero las cantidades reales mezcladas en el carro pueden variar ligeramente y no se pesan y cuantifican normalmente cifras como la cantidad de silo desechado o en mal estado.
El coste de alimentación es difícil de calcular porque normalmente existen desviaciones respecto a la ración teórica al confeccionar el carro unifeed
“El ISCA debería medirse a diario, porque si tenemos que corregir algo en nuestra granja cuantos más días tardemos, más dinero estaremos perdiendo”, argumenta. “Del mismo modo que un ganadero mira la producción de leche diaria, debería mirar también el ISCA diariamente, teniendo en cuenta solamente lo que comen en forraje y concentrado el grupo de vacas que está produciendo leche, sin tener en cuenta las secas y novillas. Otra cosa es la economía de la granja, donde hay que tener todo en cuenta. Pero el indicador diario hay que hacerlo simple, solo con el grupo de vacas en lactación, teniendo en cuenta cuánta leche nos dan y cuánto nos comen”, argumenta.
El ISCA debería ser también un parámetro relevante a la hora de descartar animales. “Partimos de la base que todas las vacas que tenemos en el establo tienen un ISCA positivo, es decir, nos hacen ganar dinero, en mayor o menor cantidad, pero no deberíamos tener en nuestro establo vacas con ISCA negativo”, asegura.
Si tenemos una vaca con 200 días en leche que aún no está preñada y decidimos seguir inseminándola tenemos que tener en cuenta que esa vaca va a estar seca, sin producir, mucho tiempo
Por eso, dice, “si tenemos una vaca con 200 días en leche que aún no está preñada y decidimos seguir inseminándola tenemos que tener en cuenta que esa vaca va a estar seca mucho tiempo, sin producir, y que, igual que nos pasa a nosotros, cuando una vaca está en el paro mucho tiempo después le cuesta mucho empezar a trabajar de nuevo”, compara.
Se suele pensar que las nuevas tecnologías de análisis de datos están pensadas para granjas de gran tamaño, sin embargo, asegura Álex, “lo importante no es el tamaño, sino la mentalidad de los ganaderos y la voluntad de progresar a partir de la analítica objetiva de datos técnicos”.
De hecho, razona, “tomar una decisión equivocada sobre, por ejemplo, inseminar una vaca en una granja pequeña tiene mayores repercusiones que equivocarse en una granja grande, pues los errores se diluyen con el tamaño de la explotación (hay más vacas para compensar la pérdida económica de una decisión errónea sobre un animal individual)”, argumenta.
La producción de leche se basará cada vez más en modelos específicos dinámicos para cada granja porque aumentos de producción no siempre resultan en mayores retornos económicos
“El futuro está aquí y la producción de leche se basará cada vez más en modelos específicos dinámicos para cada granja y menos en un modelo estático único. Hace ya casi cinco años que apareció algoMilk, que ha sido la plataforma pionera en el campo de integrar, procesar, y analizar con inteligencia artificial las explotaciones de leche y que ya está presente en nueve países, pero están ya apareciendo otras plataformas similares. Estamos viviendo una revolución parecida a la que ocurrió cuando aparecieron los carros mezcladores, o más recientemente, la incorporación del genoma en la gestión de las explotaciones”, pronostica.
Fuente: https://www.campogalego.es/