El roquefort y el camembert, en peligro: una crisis silenciosa amenaza a las joyas de la gastronomía francesa
os icónicos quesos Roquefort y Camembert enfrentan una amenaza sin precedentes: un hongo compromete su futuro. ¿Estamos al borde de un mundo sin estos tesoros culinarios?
En el corazón de la gastronomía francesa, una crisis silenciosa amenaza con borrar del mapa a dos de sus más venerados emblemas: el roquefort y el camembert. La intriga detrás de esta desaparición no es otra que un enemigo microscópico: un hongo. Pero no cualquier hongo, sino aquel que, paradójicamente, les confiere su identidad. Estos hongos, esenciales para el carácter y sabor únicos de estos quesos, están perdiendo su diversidad genética, poniendo en riesgo no solo la calidad, sino la misma existencia de estos símbolos culinarios.
La industria quesera, en su búsqueda incansable por eficiencia y uniformidad, ha desencadenado sin querer este dilema. En tiempos antiguos, la fabricación del queso era un arte meticuloso, donde el hongo, elemento vital para la fermentación, era cuidadosamente cultivado por cada quesería, creando así productos únicos. Sin embargo, la modernización ha llevado a la estandarización, con queserías optando por hongos pre-fabricados que prometen ahorro de tiempo y costes, sacrificando la riqueza genética y, con ello, la esencia misma de estos quesos.
El concepto de un «hongo efectivo para la venta» ha remodelado la apariencia y sabor de nuestros quesos favoritos. La industria ha favorecido variedades de hongos que garantizan un producto siempre atractivo y consistente, dejando de lado la diversidad y riqueza que caracterizaba a productos como el Camembert, que alguna vez presentó una paleta de colores mucho más rica y variada que el blanco puro que hoy se busca.
Recientes investigaciones en Francia han encendido las alarmas sobre dos de los quesos más emblemáticos del país: el Camembert y el Roquefort. Según el Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS), la producción industrializada amenaza la existencia de estas variedades, tradicionalmente elaboradas de forma artesanal. El cambio en las materias primas y en los fermentos utilizados podría llevar a la desaparición de las cepas de microorganismos originales, cruciales para su sabor y textura únicos.
🧬 Cuestión de Cepas
La industrialización ha llevado a «domesticar» microorganismos para asegurar producciones masivas de quesos azules, modificando su sabor, aspecto y textura para imitar a los artesanales. Este proceso ha resultado en la selección de cepas de hongos no naturales, comprometiendo la diversidad genética necesaria para la producción tradicional y la posibilidad de reproducción de las cepas originales.
🌍 Esperanza en la Tradición
Afortunadamente, no todo son malas noticias. El CNRS ha encontrado un rayo de esperanza en el ‘bleu de Termignon’, un queso artesanal de Saboya que mantiene de forma natural el hongo Penicillium roqueforti. La secuenciación exitosa de su genoma abre una puerta a la recuperación de la diversidad genética perdida debido a la industrialización, ofreciendo una posibilidad de preservar estas variedades históricas.
🔙 Retorno a lo Salvaje
La situación del camembert es particularmente crítica, con riesgos de extinción ya señalados previamente. La adaptación a métodos de producción más suaves, como el uso de leche pasteurizada, aunque beneficiosos sanitariamente, alteran la receta histórica. Los investigadores proponen volver a cepas «salvajes» anteriores a la domesticación para reiniciar el proceso de producción tradicional.
🔗 Fuente: ABC