Son alrededor de 40 los ganaderos que en la comunidad autónoma a día de hoy dedican su actividad económica a la producción de leche. Mientras que en Teruel predomina la oveja y la cabra y la mayor parte de la producción va asociada a las queserías, en Huesca es la leche de vacuno la que más se produce, siendo las estanterías de los supermercados el destino final de estos productos.
Aun teniendo en cuenta esta diferencia de proveniencia, son similares las dificultades que atraviesa actualmente el sector, que denuncia apenas poder cubrir los elevados costes de producción con precios pactados a principio de año y que no han variado ni con la crisis derivada de la guerra en Ucrania.
«Hace ya varios meses que estamos sufriendo pérdidas, no es la primera vez, hemos vivido otras crisis, pero el problema de esta vez es que no vemos el final», explica Vicente San Francisco, presidente de la Sociedad Turolense de Productores de Queso y Leche y dueño de una explotación ganadera y una quesería en la provincia de Teruel. Dentro de la asociación son siete las ganaderías, la mayoría con una quesería asociada.
En la provincia de Teruel la cabaña ovina incluye unas 5.000 ovejas mientras que para el caprino apenas son 1.500 las que producen leche. Para estos productores el aumento de los costes de producción se contabiliza en un 50% mientras que el aumento del precio que cobran por la leche apenas ha notado un ascenso del 5% situándose en poco más de unos 30 céntimos.
«El kilo de pienso ha pasado de 8 a 12 euros, además la luz, el agua… todo está mucho más caro», asegura San Francisco, quien añade que no todos los sobrecostes pueden repercutirse en el producto final. «Si el precio de la leche o de los quesos en los supermercados subiera lo mismo que me suben a mí los costes de producción nadie podría permitírselo y, para nosotros, la situación seguiría igual de mal», explica.
En el caso del vacuno, los problemas son prácticamente los mismos. En este caso el precio que cobran los ganaderos por cada litro de leche es alrededor de 45 céntimos, lo justo para cubrir costes. «Para que pudiéramos cubrir gastos y ganar un mínimo, el precio debería estar en unos 48 céntimos, ahora mismo no estamos perdiendo pero tampoco ganamos nada y nadie trabaja solo para cubrir costes», explica José Antonio Rami, presidente de la Cooperativa Láctea del Alto Aragón, la sociedad que engloba al 80% de los productores de la comunidad y que es propietaria de la marca Copirineo.
«El maíz ha pasado de 200 euros la tonelada a 400, si sigue subiendo así no va a quedar nadie que pueda asumirlo porque es completamente inviable», denuncia Rami, quien, además, añade que las previsiones no son buenas y que no se esperan bajadas en los costes de producción.
Tanto oscenses como turolenses coinciden en que sacrificar animales se está convirtiendo para muchos en la solución para afrontar el aumento de los costes. «Cogemos a las vacas más viejas y las mandamos al matadero porque son las que menos producen y la carne se paga más cara, para los que tenemos muchos animales es una forma de sobrevivir», explica Rami.
Además, asumen que el relevo generacional es un problema que les afecta de forma cada vez más acuciante. «Los que se planteaban trabajar un par de años más antes de la jubilación ya han cerrado, para qué van seguir asumiendo perdidas», explica Rami. «Los que son jóvenes y todavía pueden dedicarse a otra cosa están dejando las explotaciones y no pasa nada, es lo normal porque esto no es rentable para nadie», añade el presidente de la cooperativa oscense.
Más de un millón de euros para paliar las pérdidas
Ayer, el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación anunció el pago de 159,3 millones de euros a 18.797 productores de leche de vacuno, caprino y ovino beneficiarios de las ayudas para el sector lácteo incluidas en el plan nacional de respuesta a la guerra en Ucrania.
En Aragón son 67 los ganaderos que recibirán estas ayudas que se reparten en 1.063.869 euros para el vacuno, 45.128 para el ovino, y 37.290 para el caprino y que suponen en total 1.146.288 euros para el sector.
Fuente: El Periodico de Aragón