El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) reportó que durante el último año fiscal —concluido en septiembre de 2022—, las exportaciones de productos lácteos hacia nuestro país reflejaron un crecimiento de 33.2%, acumulando 2,054 millones de dólares.
Dentro de estos intercambios, la crema y la leche en polvo fueron las mercancías que tuvieron una participación mayoritaria, con una representación que ascendió hasta los 1,269 mdd., derivado de un alza interanual por el orden de 34.1%.
Las importaciones desmedidas, un riesgo para pequeños y medianos ganaderos
Refiriéndose específicamente a la presentación en polvo, Daniel Ruiz García, gerente de producción de ganado lechero de la firma Proteína Animal (Proan), aseveró que el incremento en estas compras suponen un riesgo para los ganaderos nacionales, principalmente aquellos que operan a mediana y pequeña escala.
Comentó para diario El Economista, que esto obedece a las disparidades en el mercado, pues mientras los comercializadores pagan un precio bajo al productor por su leche, los valores ofertados al consumidor final se mantienen elevados.
A esta situación, señaló, se suman los efectos inflacionarios que mantienen altos los costos operativos, aunque aclaró que las cotizaciones de los insumos han comenzado a ceder, brindando respiro a los ganaderos.
En 2023, la producción y el consumo al alza en México
A pesar de las crecientes importaciones, las previsiones del USDA apuntaron a que este año la producción mexicana de leche fluida gozará de un incremento de 2% respecto al año anterior, con lo que la aportación totalizaría en 13.42 millones de toneladas.
El consumo ascendería hasta 13.44 mt. durante 2023, lo que quiere decir que las importaciones, representadas en mayor medida por la industria procesadora, seguirán esta misma tendencia, con el objetivo de solventar la demanda.