La leche evaporada es una forma de leche concentrada que se obtiene mediante un proceso de evaporación. Esto significa que se somete a altas temperaturas para reducir su contenido de agua, lo que permite aumentar la concentración de proteínas, grasas y lactosa. Como resultado, la leche evaporada tiene un sabor más concentrado y una textura más espesa que la leche fresca. Además, al tener una consistencia más densa, es menos propensa a deshacerse cuando se calienta o a separarse, lo que la hace ideal para su uso en la cocina como ingrediente.
Por otro lado, la leche condensada es un tipo de leche evaporada a la que se le ha añadido azúcar para endulzarla. Esto le da un sabor extremadamente dulce y una consistencia espesa y cremosa. La leche condensada se suele utilizar como ingrediente en postres y dulces, y se vende en lata o en bote. Aunque también es posible encontrarla en polvo, la leche condensada más comúnmente se vende en forma líquida.
Como has podido ver, la leche evaporada y la leche condensada son dos formas de leche concentrada con algunas diferencias importantes. Mientras que la leche evaporada se utiliza principalmente como ingrediente en la cocina debido a su sabor concentrado y su consistencia más espesa, la leche condensada se utiliza principalmente como ingrediente en postres y dulces debido a su sabor extremadamente dulce y su consistencia espesa y cremosa. Si tienes que elegir entre una u otra, asegúrate de tener en cuenta el uso que le quieras dar.
Por Agustina Barros