La caída en el consumo de leche, que es especialmente evidente en los países occidentales, ha estado acompañada por el rápido crecimiento de nuevas bebidas a base de plantas que se introducen constantemente en el mercado, anunciadas como un sustituto de la leche y colocadas en los estantes cercanos a ella. Al mismo tiempo, los debates sobre la sostenibilidad y la huella de carbono han generado críticas sobre el impacto ambiental de los productos animales, lo que ha impulsado un cambio hacia una dieta más basada en plantas.
Las empresas lácteas han capturado esta expansión en el interés de los consumidores a través de una amplia gama de nuevas bebidas a base de plantas, impulsando aún más el mercado de estos productos alternativos. Inicialmente basadas casi exclusivamente en soja y almendras, las alternativas de origen vegetal incluyen soluciones preparadas con arroz, avena, nueces y legumbres. El mercado también está evolucionando para el perfil del consumidor, que varía entre el extremo de los que optan por una dieta exclusivamente sin lácteos (por ejemplo, por alergia alimentaria o por una dieta vegana) y los que pretenden sustituir de forma temporal, intermitente o permanente leche con estas bebidas. Pero, ¿podemos decir que son una alternativa real y completa?
Es ampliamente reconocido que los alimentos de origen animal y vegetal difieren en su composición y que las proteínas de origen vegetal no tienen las mismas cualidades nutricionales que las de origen animal. Sin embargo, dado que la rápida expansión del mercado de bebidas alternativas a base de plantas ha llevado a formulaciones innovadoras, es importante comprender su impacto potencial en la entrega de nutrientes a los consumidores. En este sentido, se han publicado los datos de una investigación suiza que evaluó el espectro completo de macro y micronutrientes de estas bebidas en comparación con la leche de vaca. Además del contenido de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, también se evaluó la carga de residuos, como glifosato, ácido aminometilfosfónico, arsénico.
Los resultados muestran que los productos de origen vegetal difieren significativamente en la composición de nutrientes en comparación con la leche de vaca y también entre las propias bebidas que, dependiendo de diferentes fuentes de alimentos, aportan diferentes cantidades de nutrientes y calorías. Solo las bebidas a base de soya lograron cantidades de proteína similares a la leche, pero con menor calidad. Se descubrió que la leche era una fuente de alimento significativamente más rica de micronutrientes como calcio, yodo, vitamina B2, ácido pantoténico y biotina, mientras que las bebidas a base de soja y almendras proporcionan mayores cantidades de vitamina E y manganeso. Cuando estas bebidas son enriquecidas, surge la duda de la biodisponibilidad de los minerales y vitaminas que se añaden en comparación con la leche.
Los valores nutricionales medidos demostraron que las bebidas de origen vegetal no pueden considerarse, en su forma actual, nutricionalmente equivalentes a la leche de vaca y que su consumo a largo plazo puede requerir ajustes en la dieta para satisfacer plenamente las necesidades nutricionales.
Estos hallazgos son una confirmación más del valor inimitable de la leche y sus derivados.
Fuente: Traducido por el OCLA del newsletter de CLAL.it por Leo Bertozzi