– Los desarrollos macroeconómicos están ejerciendo presión sobre la industria láctea: el Banco Mundial ha pronosticado una recesión económica prolongada en todo el mundo a partir de 2023 en adelante . Tanto la inflación como la devaluación de la moneda están reprimiendo los niveles de ingresos. Además, el aumento de los costos de la energía y los alimentos consume una mayor parte de los ingresos, lo que deja menos ingresos discrecionales (los ingresos netos de una persona menos los gastos esenciales) disponibles.
– La inflación está alimentando la volatilidad del precio de la leche : los precios mundiales de la leche alcanzaron niveles récord en 2022, gracias a que la demanda superó la oferta, especialmente en la primera mitad del año. Sin embargo, la demanda ha disminuido desde entonces debido a estos altos precios, además de los nervios de la recesión y el continuo aumento de la inflación.
– Los altos costos de los insumos agrícolas están afectando las inversiones de los tamberos: por segundo año consecutivo, los productores de leche enfrentan costos de insumos significativamente altos. Costos de alimentación; precios de combustibles y fertilizantes; y otros gastos en insumos agrícolas muestran pocas posibilidades de mejorar este año.
– La disminución de la asequibilidad está empeorando la inseguridad alimentaria: en muchas regiones del mundo, es cada vez más difícil para los consumidores comprar productos lácteos. En los países de bajos y medianos ingresos, esta erosión del poder adquisitivo llevará a muchos consumidores a renunciar a los productos lácteos en favor de productos más básicos como los cereales.
– Los desafíos están impulsando la eficiencia láctea: los altos costos de producción están obligando a los productores lecheros y a la industria a adaptar sus prácticas para sobrevivir. Los productores de leche están trabajando para reducir sus costos operativos con una variedad de enfoques, incluido el cambio de alimentos para animales y el uso de menos fertilizantes. Ambos podrían, en última instancia, reducir la productividad general. Los analistas de la IFCN señalaron que, “aunque esta es una situación difícil, podría tener efectos positivos en algunos tambos donde buscan soluciones implementando nuevas tecnologías, mejor genética y mejorando las prácticas agrícolas”. La situación actual también aumenta la importancia de la gestión de riesgos y la inclusión de los agricultores en más herramientas de gestión de riesgos.
Finalmente, el comodín en el panorama del sector lácteo en 2023: China. La IFCN dijo que la demanda de lácteos chinos y las importaciones correspondientes de China fueron clave para impulsar los precios mundiales de la leche en 2020/21. Pero la demanda se ha reducido drásticamente en 2022 y sigue reprimida por el aumento de los casos de COVID y los estrictos cierres en algunas áreas urbanas a principios de 2023. Cómo se desarrolle esto, más el clima político con China, durante el resto del año puede tener una influencia significativa en la demanda y el valor de los productos lácteos.
Extractado y traducido por el OCLA a partir del artículo de Milkpoint