Lactosa: Azúcar natural presente en la leche de los mamíferos.
Cada vez es más común encontrarnos productos sin lactosa en los supermercados. Muchas marcas están apostando por retirar la lactosa de sus productos o lanzar un producto alternativo sin dicho elemento. Es una buena noticia ya que, la mayor parte de la población mundial es intolerante a la lactosa. Para aquellas personas tolerantes que desconocían estos datos os puede resultar sorprendente. En España es frecuente considerar esta incapacidad de asimilar la leche como una enfermedad. Sin embargo, la intolerancia a la lactosa en España alcanza al 60% de la población. Entonces, ¿no debería ser al revés?
Seguramente, os habréis preguntado por qué hay personas que toleran la lactosa y otras no. Se trata de una cuestión relacionada con la evolución de cultura histórica y la genética. Para explicároslo, nos tenemos que remontar 10.000 años atrás.
La desaparición de la lactasa
Hace 10.000 años aproximadamente nuestro vínculo con la leche era muy parecido al de los demás mamíferos. Las madres amamantaban a sus hijos durante sus primeros años de vida hasta que eran prácticamente independientes. En el momento que los hijos eran autosuficientes, abandonaban la leche para dejar el pecho disponible para los futuros bebés. Para asegurarse de que los hijos no se quedaban pegados al pecho de la madre más tiempo del necesario, la sabia naturaleza intervino en la evolución. El gen que produce la lactasa fue desapareciendo progresivamente de forma que la fabricación de este elemento se redujera únicamente a los bebés. La lactasa es la enzima que se encarga de digerir correctamente la lactosa presente en los lácteos. Sin esta enzima, consumir leche implicaba tener problemas estomacales y digestivos más adelante.
La mutación del gen de la lactosa
Años más adelante, nuestros ancestros ya eran unos hombrecillos despiertos que incluso aplicaban procesos químicos a los alimentos. A pesar de que todavía no asimilaban la leche, descubrieron la posibilidad de fermentar el producto. De esta forma, podían transformar la leche en yogur o queso conservando todos los nutrientes. Pero lo que es más importante, la fermentación evitaba los problemas digestivos que sí producía el alimento original.
El gen que produce la lactasa mutó en las villas ganaderas tempranas. Esta mutación genética reprogramó la producción de lactasa de estos pobladores concediéndoles la capacidad de digerir leche durante toda su vida. Esta modificación en el ADN resultó ser de gran ayuda para las temporadas en las que no disponían de muchos recursos. Es por esto, que los países con un una larga tradición en consumo de lácteos son, en la actualidad, más tolerantes a la lactosa.
La mayor parte del mundo es intolerante a la lactosa
Sólo un tercio del mundo tolera la lactosa. Una gran parte de esta proporción son europeos o no europeos con ancestros de este continente. Curiosamente, en algunas regiones de África y Oriente Medio también se produjo la mutación pero de forma independiente.
Mapa: prevalencia mundial de intolerancia a la lactosa en poblaciones actuales
Cómo leer: cuánto más oscuro, menor tolerancia a la lactosa.
¿Por qué un tercio de la población mundial mantiene la tolerancia a la leche?
La hipótesis de la asimilación del calcio
Como ya sabemos, en la zona norte de Europa hay menos luz solar que en el sur, especialmente en otoño y en invierno. Únicamente cuando hay suficiente luz solar, podemos producir la Vitamina D necesaria para el cuerpo. La Vitamina D absorbe el calcio que ayudará al crecimiento y regeneración de los huesos. Precisamente, la asimilación del calcio puede ser parcialmente completada por la lactosa. De esta forma, si no tenemos suficiente vitamina D, el cuerpo puede mantener la absorción del calcio con la intervención de la lactosa.
La hambruna
En España y otras regiones de África Occidental, la radiación solar es más que suficiente para producir la Vitamina D necesaria. Entonces, ¿cómo es posible que en estos lugares exista unos niveles de tolerancia a la lactosa tan elevados?
Teniendo en cuenta que sus condiciones solares no deberían inducir a la asimilación de la lactosa, ha tenido que intervenir una presión selectiva diferente. Varios expertos apuntan que la hambruna que se ha producido en estas regiones y países es indicativo de la rápida expansión del gen de la lactosa. La falta de alimento contribuyó a un proceso de selección más rápido haciendo que, a día de hoy, un 40% de españoles puedan consumir lácteos sin ningún problema.
Qué le diríamos a los que piensan que no se debe consumir leche
Efectivamente, la leche es mala si no puedes digerir la lactosa. En cambio, si has heredado el gen mutante productor de lactasa y te gustan los lácteos entonces, ¡disfrútala sin problemas! Obtendrás muchos beneficios de este rico alimento.
Fuente: Natruly