Los ganaderos, tanto de bovino como de ovino, han optado por contratos a un máximo de tres meses para paliar las pérdidas que sufren sus explotaciones por la subida de los costes.
La leche es uno de los sectores más castigados por la subida de materias primas como la alimentación del ganado y la electricidad, con un elevado incremento de los costes de mantenimiento de sus explotaciones ganaderas, que les ha llevado a plantarse frente a la industria y pedir que este aumento de los costes se repercuta en los precios que se pagan por su producto. El sector lácteo se ha plantado este año y ha exigido mejores condiciones a sus compradores, aunque los resultados han sido muy diferentes para el vacuno de leche y el bovino. Las primeras consecuencias para todos ellos ha sido la firma de contratos con una menor duración, máxima de tres meses en el caso de la leche de vaca y que ni siquiera se han rubricado en el de oveja, cuando habitualmente se cerraban por el plazo de un año. Una situación que no tiene perspectivas de mejorar ante «un mercado muy volátil por las tensiones provocadas en las materias primas desde hace meses y que se ha agravado tras la invasión de Ucrania».
Los más de 1.700 ganaderos que venden su leche de oveja en Castilla y León ven un futuro negro para sus explotaciones, con precios que no cubren los aumentos de sus costes de sus explotaciones pese a ser la Comunidad con una mayor producción de España. Desde hace unos cuatro años, las organizaciones de productores y Urcacyl – que representan al 80 por ciento de los profesionales– negocian habitualmente los contratos para este sector con carácter anual y «que permiten dar estabilidad tanto a la industria como al productor».
Sin embargo, a finales de 2021 trasladaron a la mesa de negociación la subida de costes que afrontan las explotaciones debido al aumento de los costes de las materias primas, y que calculaban entre un 19 y un 21 por ciento, y que se vio más perjudicada por la invasión de Ucrania. Los contactos se mantienen meses después pero sin un acuerdo definitivo para este año, como aseguraron fuentes de Urcacyl, que sí reconocieron que la industria ha planteado una subida entre el 8 y el 9 por ciento, mientras que los ganaderos han bajado sus pretensiones hasta el 11-12 por ciento. «Esta falta de entendimiento ha provocado que los contratos sigan sin firmar», aseguran las mismas fuentes, y la leche se está recogiendo pero con acuerdos puntuales.
Esta situación también describen desde la Organización de Productores de Leche de Oveja de Castilla y León (Opecyl), que reconoce que el euro por litro que actualmente se paga no es suficiente para cubrir los costes, por lo que muchos contratos solo se están firmando por un mes.
Vacuno de leche
En otra situación se encuentran los ganaderos que producen leche de vaca en la Comunidad, más de 850 en la actualidad. «La presión de los profesionales ha conseguido que la industria traslade el aumento del precio en los lineales a los contratos», señalan desde Urcacyl, aunque en su caso los contratos también han pasado de ser anuales por un periodo de tres meses.
Un escenario que ratifican desde Agrapol, la organización de productores que negocia más de la mitad de la leche que se contrata en la Comunidad, y que ha firmado unos 350 de los 800 contratos suscritos en total. «El aumento de los costes, así como la invasión de Ucrania, fue el motivo por el que desde la OPL se pidió a los ganaderos que no firmaran hasta el último minutos y por periodos cortos de tiempo», indicaron las mismas fuentes, por los que los documentos se han rubricado por tres meses. «Haber firmado en febrero hubiera sido un auténtico drama para las explotaciones tal y como ha evolucionado el mercado posteriormente», añaden, ya que los precios están al alza.
Fuente: El día de Segovia