El titular de la cooperativa, Gabriel Fernández, dijo en el Parlamento que la empresa “tiene una situación de conflicto permanente” que “atenta” contra la competitividad.
“Cada vez que comento que trabajo en Conaprole, cuando me voy a cortar el pelo, cuando voy a comprar pizza, como cualquier ciudadano corriente, lo que recibo del otro lado es: ‘¡Qué paciencia!, ¿no?”. La frase pertenece al presidente de Conaprole, Gabriel Fernández, que el miércoles 25 concurrió a la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados para informar sobre el conflicto que hoy existe con los trabajadores de la empresa.
El productor remarcó que la cooperativa “tiene una situación de conflicto permanente que atenta contra la competitividad que la empresa debe tener y contra la seguridad y el futuro que Conaprole debe asegurar a todos los trabajadores que de una manera u otra están vinculados a ella”, según la versión taquigráfica de la reunión.
Fernández contó que Conaprole es la industria láctea que “paga mejor” en el país y “tiene un nivel de remuneración muy bueno para Uruguay”. En ese sentido, dijo que “no hay ningún funcionario que tenga un ingreso menor a tres o cuatro salarios mínimos, el más bajo”, y que los salarios se cobran “puntualmente” el último día hábil de cada mes. Hoy el salario mínimo nacional se ubica en $ 19.364.
De inmediato explicó los puntos centrales que hoy son motivo de conflicto. El primero responde a la renovación del convenio colectivo de toda la industria y que tienen como telón de fondo la recuperación del salario perdido durante el período puente que se extendió durante la pandemia. En ese punto hay avances y se espera cerrar pronto un acuerdo. Lo que está solicitando la cooperativa es que se incluya una cláusula de paz.
“Necesitamos paz para trabajar. Si uno mira la situación de los trabajadores en general por fuera de Conaprole, podrá advertir que los que estamos vinculados con esta cooperativa, de una manera u otra somos privilegiados; eso tal vez no lo estamos viendo. Además de ser privilegiados, necesitamos ser competitivos, porque tenemos que ir al mundo para colocar nuestro trabajo. Conaprole quiere seguir creciendo para seguir asegurando mano de obra para los que ya están y para los que vengan”, dijo Fernández.
Un 40% de aumento
El otro punto de conflicto radica en un planteo de 40% de aumento salarial realizado por el sindicato (AOEC) para los trabajadores del sector de oficio, basado en la incorporación de tecnología. Esta área abarca a mecánicos y eléctricos en dos de las plantas, la planta 21 de los accesos a Montevideo que abastece el mercado interno, y la planta 8 de Villa Rodríguez. En ese sector se perciben unos $ 100 mil nominales de remuneración mensual.
“No vamos a seguir el concepto de un ajuste salarial por incorporación de tecnología porque nos parece que no es válido; la incorporación de tecnología es para mantener la mano de obra y las posibilidades de seguir comercializando. (…) Para poner un ejemplo, estamos cambiando las máquinas de leche larga vida, porque las máquinas con las que hoy cuenta Conaprole tienen 20 años. No podemos exportar leche larga vida con una máquina que tiene 20 años y con un envase cuyo fabricante nos dice: ‘No lo voy a fabricar más’, porque se deja de fabricar ese envase para esas máquinas. Vamos a pasar a una máquina más moderna, con un envase más moderno, acorde a lo que el mundo requiere para poder mantener la fuente de trabajo y no para tener mayor utilidad, que podría ser otra de las alternativas”, explicó Fernández.
“Vemos una situación de conflictividad permanente que preocupa, que cansa y que genera hastío a todas las partes; me imagino que al sindicato también. Nos consta, porque la mayoría de los trabajadores nos lo plantean, que no está bueno ir a trabajar enojados todos los días. (…) Lo que queremos es paz para trabajar y para seguir creciendo”, insistió el titular de Conaprole. Por estas horas continúan las negociaciones con participación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Fuente: El Observador