El sector del campo lleva desde hace casi un año más ahogado que nunca. Son tantos los problemas a los que tienen que hacer frente que ya nos hemos acostumbrado a la crisis. Hace unos días descubríamos un nuevo dato, que refleja una dificultad más: el sacrificio de vacas lecheras ha aumentado hasta un 20% en algunas zonas de España en el último año, y un 10% a nivel nacional. El motivo principal es que al ganadero le sale más rentable sacrificarlas para vender su carne que mantenerlas produciendo leche con unos costes disparados, aunque se ponga en riesgo el abastecimiento de lácteos.
Según los últimos datos actualizados del Ministerio de Agricultura, el número de bovinos (de carne y de leche) enviados al matadero subió un 10,10 % interanual en mayo (último mes disponible) y un 7,15 % en el acumulado de enero a mayo. En algunas zonas, como Asturias, el aumento de sacrificios llegó al 20%, dónde la situación de cara a futuro es bastante pesimista.
Pero aunque «hay una incertidumbre tremenda en todo el sector», y la situación es «crítica», Anabitarte llama a mantener la calma, porque son «adaptaciones» que el sector tiene que hacer de vez en cuando para afrontar las distintas crisis que perjudican al campo. «Las mandamos al matadero porque por las circunstancias actuales nos beneficia más eso que mantenerlas. Además, la vaca en general está ahora mismo muy valorada en el mercado, y podemos incluso sacar cierto rendimiento económico con el sacrificio», agrega.
En el punto en el que todos están de acuerdo es en los problemas de suministro de leche que va a haber en los próximos meses. Desde hace tiempo, los informes del Gobierno lo avalan: la producción de leche en España comenzó a descender en marzo, cuando registró una caída del 1,4% anual, y en junio ese retroceso fue del 2,7%.
Con la disminución del número de vacas para leche, la producción de lácteos va a caer considerablemente y por lo tanto, el producto será mucho más limitado. «Habrá desabastecimiento los próximos meses, eso seguro. Pero, de nuevo, llamo a mantener la calma. En los supermercados ‘normales’, del día a día, lo único que la gente va a notar es que a lo mejor tienen que esperar a la tarde o al día siguiente, como mucho, para llevarse un paquete de leche. Pero no va a ser algo dramático», destaca Anabitarte.