La caseína es una proteína de alto valor biológico que se encuentra en la leche y en algunos productos derivados como el queso, el yogur o el kefir.
De hecho, supone el 80% de las proteínas de la leche de vaca y presenta una absorción más lenta respecto al suero de leche, que supone el 20% restante, por lo que aporta nutrientes de forma gradual y continua durante el sueño.
Por este motivo, se le conoce como ‘proteína lenta’ y ejerce un efecto anticatabólico, es decir, que evita que el músculo se degrade y contribuye a regenerar las fibras musculares, además de tener un alto contenido de calcio que fortalece el sistema óseo y el esmalte dental.
También la caseína supone una ayuda para los deportistas que hacen ejercicios de fuerza, ya que aporta el valor proteico que necesita el organismo.
Pese a sus beneficios para la salud, no se debe abusar de esta proteína, que puede producir efectos secundarios si se abusa de ella. Entre los que se han observado destacan cuatro:
– Aumento de la mucosidad. Se obstruye el sistema respiratorio, impidiendo el transporte del oxígeno con total fluidez. De este modo, una mala digestión de caseína se asocia con el empeoramiento de sinusitis, rinitis, asma u otitis.
– Alergias: la caseína es una de las proteínas de la leche que más alergia produce.
– Daño renal. Si los riñones funcionan sin problemas, no hay nada que temer. Sin embargo, en personas predispuestas a sufrir daños renales, hay un impacto negativo cuando se añade esta proteína en la alimentación.
– Podría aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo uno, especialmente en niños.
Recientemente, en algunos países como México han prohibido algunos productos lácteos debido a su alto contenido caseico. En grandes cantidades, el caseinato de sodio, un derivado de la caseína estimula el apetito y provoca adicción a los productos que lo contienen además de provocar, a largo plazo, enfermedades neurológicas. En España, el límite de la presencia de esta proteína en los alimentos de manera artificial está fijado en un 1%, por lo que es bueno revistar los ingredientes de los productos para saber si contiene caseinato de sodio o glutamato monosódico, otro de los nombres por los que se puede denominar.
Fuente: Diario Sur