La recuperación está en marcha. Después de una profunda crisis productiva, soplan vientos de cambio para la lechería argentina. Tras varios meses de números negativos en la actividad tambera, a partir de junio los productores esperan una leve mejoría. El año pasado, vale recordar, decenas de productores vendieron de manera forzada rodeos lecheros, incluso en plena producción, en el marco de una situación difícil por los efectos de la sequía y la suba de costos en el marco del dólar soja que encareció la alimentación.
Según explicó Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), de aquí en adelante hay un futuro promisorio para los tambos. “La producción cayó 15% en el primer cuatrimestre y, si bien en mayo también hubo un descenso, se desaceleró. Recién ahora, en los primeros días de junio, se está viendo una recuperación de la producción. Y, en cuanto al consumo interno, que se cayó 17%, ya a finales de abril se empezó a notar una leve mejoría. Los precios al productor están razonablemente bien y relacionados con los datos de los insumos necesarios y buenas relaciones de precio. A partir de ahora, se va a empezar a reacomodar realmente el sector”, dijo a LA NACION.
“La recuperación ha sido rápida, comparando con otras crisis económicas que implicaron devaluaciones, salidas de cepos o cambios de regímenes económicos. El cambio de la política económica en cuanto a reducción de brecha cambiaria, suspensión de las retenciones (ya con vigencia hasta junio del 2025) y eliminación de controles de precios, ha sido clave para que la cadena aumente el valor generado y pueda comenzar a retenerlo”, aseguró.
En este contexto, recordó que, si bien otras crisis también pudieron tener impactos climáticos junto con lo económico, en este caso en particular hubo un efecto extraordinario generado por la sequía del año pasado. “Esto hizo que la caída de la producción haya sido muy importante, cerrando el primer cuatrimestre de este año un 15% por debajo del anterior. Por lo menos, un tercio de esa caída tuvo que ver con menos tambos y/o menos vacas por establecimiento. Esta menor oferta, junto con los cambios económicos, es lo que ha impulsado la mejora del precio que estamos capturando los productores mes a mes”, indicó.
En detalle, aunque faltan los datos actualizados del mes pasado, según el Siglea [lleva datos sobre los precios], en abril último el valor promedio pagado al productor fue de $355,16 el litro. Mientras el costo de producción estaba en $322 el litro, el valor de equilibrio se ubicó en $367; es decir que los márgenes entre un número y otro se acortaron, a solo $11. En un informe del INTA confeccionado en abril se mostró que el Costo de Producción Promedio fue de $321,34 por litro con una rentabilidad promedio de 4,3%.
“El recupero del precio a tranquera de tambo ha sido rápido y fuerte, si bien aún no hemos llegado al precio de equilibrio, esperamos poder llegar a ese punto en este mes de mayo, incluso superarlo y que sea sostenible en el tiempo. La realidad es que sigue habiendo puja por la leche y sigue siendo un momento propicio para lograr buenos precios. Es por lo que, como cámara, transmitimos a los productores que le dediquen tiempo a la gestión comercial”, destacó Mas.
En proyección hacia el segundo semestre, la productora señaló que se espera que ese 15% de caída en la producción vaya disminuyendo mes a mes, pese a que podría ser insuficiente para alcanzar los niveles de producción del año pasado en el total anual.
“Esta dinámica requiere que las exportaciones puedan seguir traccionando y para ello es clave contar con buenos precios internacionales, algo que está sucediendo porque el Índice de Precios de Nueva Zelanda de GDT viene subiendo desde marzo y está en US$3478 por tonelada de leche en polvo entera (LPE); así como contar con la suspensión de DEX para los lácteos vigente hasta junio de 2025″, subrayó.
Por eso, los interrogantes pasan ahora, tras la devaluación de diciembre pasado, por los niveles de tipo de cambio y el régimen cambiario en general, en relación al mercado externo. Para Giraudo, en cuanto a las exportaciones que habían hecho pico en febrero, producto de la devaluación y la suspensión de los derechos de exportación (DEX), “siguen interanualmente creciendo, pero desacelerándose también porque el tipo de cambio empieza a ser ya absorbido por la inflación”.
Por el lado del mercado doméstico, Más indicó que, “con un consumo muy deprimido y en recesión, se espera que la recuperación pueda darse en algún momento del tercer o cuarto trimestre del año”.
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