Los productos naturales siguen siendo atacados por sustitutos artificiales.Es curioso que suceda, porque en un mundo que en el discurso y en las actividades humanas apuesta decididamente a lo natural, cuando se trata de alimentos parece no importarle, y opta por sustitutos que desde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se advierte sobre la inseguridad y peligro que dichos alimentos generan en sus consumidores.
European Livestock Voice, sitio web europeo que aborda el papel de la agropecuaria, informó sobre la elaboración de leche artificial, sin vacas, que los agricultores advierten se trata de productos diseñados con procesos de fabricación mucho más similares a los de los productos farmacéuticos.
Además, recuerda la posición de la FAO: una mayor investigación con estudios más profundos para establecer un sistema que garantice la seguridad de los productos alimenticios a base de células y comprender si se pueden obtener los supuestos beneficios en el aumento de la sostenibilidad.
- El siguiente es el artículo completo de European Livestock Voice:
DESPUÉS DE LA CARNE Y EL PESCADO CULTIVADOS, LA LECHE ARTIFICIAL ESTÁ LLEGANDO.
La leche, que ya tiene muchas alternativas vegetales gracias al lobby vegano, ahora se enfrenta a otro sustituto artificial que intenta reemplazarla. De hecho, la leche sintética parece estar bien encaminada, incluso por delante de la producción sintética de carne o pescado. Muchos habrán oído hablar de la carne y el pescado cultivados, pero ahora tenemos leche cultivada en laboratorio producida sin vacas, cabras u ovejas. Israel se ha convertido en uno de los primeros países del mundo en vender productos lácteos artificiales.
El pionero israelí de productos lácteos alternativos Remilk es una startup de tecnología alimentaria fundada en 2019, con el objetivo de construir la instalación de fermentación de precisión más grande del mundo para producir “lácteos libres de animales” en Dinamarca (ahora en pausa).
El Ministerio de Salud de Israel permitió a la compañía Remilk vender sus productos lácteos cultivados en laboratorio al público, la compañía ya está produciendo a escala industrial en varias áreas del mundo. El proceso de inserción del gen de la proteína de la leche en biorreactores para un crecimiento acelerado es similar al utilizado para casi todos los alimentos basados en células.
En la práctica, el método utiliza levadura de la industria cervecera y panadera para fermentar proteínas de leche químicamente idénticas que los fabricantes pueden convertir en leche, queso y yogur. Pero quedan muchas, muchas dudas sobre tales alimentos sintéticos. Los agricultores y otros actores de la cadena alimentaria dudan de que tales productos puedan considerarse alimentos, ya que son productos diseñados con procesos de fabricación mucho más similares a los de los productos farmacéuticos y, en este contexto, deben evaluarse.
ADVERTENCIA DE LA FAO.
Debido a las preocupaciones planteadas sobre los nuevos productos, la FAO publicó recientemente un documento de síntesis sobre los riesgos de los alimentos a base de células, con 53 peligros potenciales identificados para la salud humana.
Entre estos riesgos, el uso de factores de crecimiento como las hormonas, la deriva genética y la proliferación de células cancerígenas son motivo de gran preocupación.
En sus conclusiones, la FAO aconseja una mayor investigación con estudios más profundos para establecer un sistema que garantice la seguridad de los productos alimenticiosa base de células y comprender si se pueden obtener los supuestos beneficios en el aumento de la sostenibilidad.
SALUD, PERO TAMBIÉN ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE.
Las preocupaciones sobre los alimentos sintéticos no son solo para la salud humana sino también por razones económicas. El negocio está en manos de cuatro o cinco multinacionales, unas pocas personas influyentes en todo el mundo que pueden cambiar la vida de las personas y el medio ambiente, proponiendo la homologación y poniendo en riesgo la democracia económica y alimentaria.
La UE, con sus agricultores, el excelente know-how de la industria de procesamiento de alimentos, la calidad de sus productos y su modelo de sostenibilidad visto como un ejemplo en todo el mundo, continúa promoviendo la producción de alimentos saludables y naturales. Es necesario trabajar con los gobiernos para salvaguardar la producción agroalimentaria europea con sus altos estándares de calidad de aquellos que piensan que es posible poner en peligro la salud de los consumidores con fines de lucro.
También es necesario investigar científicamente el impacto ambiental real de estos alimentos artificiales cultivados en laboratorio, ya que según nuevos estudios, no son tan respetuosos con el medio ambiente como afirman. Por ejemplo, para la carne cultivada, las emisiones de CO2 pasan de un mínimo de 246 a un máximo de 1.508 CO2e por kg de producto, de 4 a 22 veces mayor que la mediana de los datos obtenibles en la literatura.
Conocer si el impacto ambiental de los alimentos cultivados en laboratorio es mayor que el de los sistemas convencionales es una conclusión importante que lleva a la reflexión, dado que las inversiones se han destinado específicamente a este sector con el supuesto de que este producto será más sostenible que los alimentos naturales. Además, reemplazar el vínculo entre los alimentos que comemos y la tierra con un proceso de laboratorio es un asunto muy serio, lo que lleva a muchas personas a reflexionar sobre si este es realmente el alimento (y el futuro) que queremos.