El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) difundió un informe elaborado por el INTA Rafaela en el que se mide el impacto de la sequía sobre el desempeño productivo y económico de los tambos.
La proyección para este año muestra una situación compleja financiera, sobre todo para establecimientos pequeños y medianos, porque con los valores actuales que reciben por litro no alcanzan a cubrir sus costos de corto plazo.
De acuerdo al trabajo, el valor mínimo requerido para cubrir estos costos es de $87,9 por litro. Para medir el impacto de la seca, se establecieron dos escenarios, uno base y otro con sequía. En ninguno de los dos esquemas se llega a ese precio: el valor más cercano es el medido en establecimientos grandes, que reciben $83,2, por litro.
Para elaborar el escenario de sequía, se calculó una reducción forrajera de 12,6% para todo el año y una disminución en la producción anual de leche, en base a la reducción en el plantel de vacas. El modelo permitió visualizar el mayor impacto en los establecimientos de pequeña escala.
LOS TAMBOS CHICOS, MÁS AFECTADOS
En el escenario base, calcularon que un tambo de 118 cabezas con una producción diaria de 1.684 litros y un precio de $81,4 por litro, factura unos $54,3 millones al año. Pero si se aplica “el factor sequía”, el ordeñe por día cae a 1.448 litros (un 14% menos), al pasar a 112 vacas.
Además, la productividad por animal pasa de 18,5 litros/día a 16,7 litros/día. Con esta merma, los ingresos anuales de un tambo pequeño en 2023 caerán a $47 millones, un 13,4% menos.
En el caso de los medianos, el golpe también es significativo. De una producción por día calculada en 3.528 litros, en base a un rodeo de 215 vacas, cae a 3.179 litros, con 204 cabezas. En ese contexto, la productividad por vaca cae de 21 litros diarios a 20 litros y la facturación -con una industria que paga $81,7 por litro- cae de $113 millones por año a $102 millones, un 9,8% menos.
Los tambos de mayor escala son los que mejor resistirán el embate de la seca, de acuerdo al OCLA.
Si bien pierden en productividad y facturación, en ambos casos ese recorte no llega al 2%. Para este segmento, el modelo toma un establecimiento de 420 cabezas, con una producción diaria de 7.835 litros, un precio en tranquera de $83,2 por litro y una facturación anual de $255 millones.
La gran ventaja es que los tambos con mayor escala tienen mayor posibilidad de solventar un gasto en heno y concentrados; es decir, de no depender del forraje natural, y mantener una alimentación que permita a las vacas mantener prácticamente la misma productividad que en un escenario base.
Un dato a tener en cuenta es que la estimación no ponderó el impacto de la sequía sobre aspectos que seguramente incidirán negativamente en la evolución de los resultados productivos y económicos de las empresas tamberas: menor calidad del forraje, deterioro del estado corporal de la hacienda y afectación de los índices reproductivos, entre otros.
Fuente: Info Campo